El cardenal Joan Josep Omella celebró la Eucaristía en la iglesia de Sant Agustí y participó en la comida de Navidad organizada por las Misioneras de la Caridad para personas sin hogar.
Las Misioneras de la Caridad, fundadas por la Madre Teresa de Calcuta, celebraron la Navidad con personas sin hogar en Barcelona, en un encuentro que combinó oración, fraternidad y mesa compartida. La jornada comenzó con la Eucaristía en la iglesia de Sant Agustí, que se llenó por completo, y continuó con la comida navideña en el Hotel Oriente, situado en La Rambla.
El cardenal Joan Josep Omella presidió la misa, acompañado por el obispo auxiliar David Abadías. En su homilía, agradeció el bien realizado desde este rincón de Barcelona y destacó especialmente la labor de las Misioneras de la Caridad, los voluntarios y la comunidad parroquial. Indicó que el Evangelio ilumina las situaciones cotidianas y recordó que el misterio de la Encarnación sigue interpelando al mundo actual.
El purpurado subrayó que Jesús nació sin techo, una realidad que resuena hoy con tantas personas sin hogar. A pesar del sufrimiento, afirmó que la Navidad es luz y esperanza, asegurando que el dolor no tiene la última palabra. Añadió que esta fiesta invita a abrir el corazón y vivir la solidaridad, reconociendo en el pobre el rostro mismo de Cristo.
Tras la Eucaristía, el encuentro se trasladó al comedor del Hotel Oriente, donde el cardenal bendijo los alimentos antes del almuerzo. Cerca de un centenar de voluntarios y numerosos comensales compartieron esta comida navideña en un ambiente sencillo y familiar. La jornada concluyó con el canto de villancicos, que transmitieron un mensaje profundo de paz y amor.
