El arzobispo de Burgos resalta la vocación personal en un encuentro diocesano

El arzobispo de Burgos resalta la vocación personal en un encuentro diocesano

El XVI Encuentro Pastoral Diocesano en Burgos, centrado en 'La vida como vocación', reunió a numerosos participantes y concluyó con una misa presidida por el arzobispo Mario Iceta Gavicagogeascoa.

Burgos ha sido el escenario del XVI Encuentro Pastoral Diocesano, centrado en el lema 'La vida como vocación'. Este evento, coordinado por la Vicaría de Pastoral de la archidiócesis, reunió a numerosos participantes en el salón de actos de la Fundación Círculo. Lucía Ferreras Galerón, delegada para el Laicado, inauguró el encuentro, seguida por Diego Luis Díez, quien dirigió una oración basada en el libro del Éxodo. El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, agradeció la asistencia y subrayó la importancia de discernir la vocación personal como respuesta al amor divino.

Durante el encuentro, se presentó el Congreso de Vocaciones 'Para quién soy', celebrado en febrero, con la participación de más de 35 burgaleses. Lucía Ferreras moderó una mesa redonda con intervenciones de Eloy Bueno de la Fuente, Paula Mena e Isabel Vique. Además, se compartieron testimonios de experiencias vocacionales, destacando el trabajo pastoral en el colegio de la Sagrada Familia y las actividades del Seminario de Burgos.

La jornada concluyó con una misa presidida por el arzobispo en la Catedral de Burgos. En su homilía, Mons. Iceta reflexionó sobre los conceptos de "templo" y "cuerpo" en la vida cristiana, recordando que Dios habita en los creyentes como templos vivos. Subrayó la dignidad de cada persona desde la concepción y denunció las estructuras que priorizan la economía sobre la dignidad humana. El arzobispo animó a los fieles a ser "sembradores de esperanza, amor y misericordia" en la sociedad.

Comentarios
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Alejandro Peña
2 horas hace
La vocación personal, como se abordó en el XVI Encuentro Pastoral Diocesano de Burgos, trasciende las comodidades cotidianas. En un contexto donde los intereses económicos a menudo eclipsan la dignidad humana, es vital recordar nuestra esencia como templos vivos. La invitación del arzobispo Mario Iceta a discernir nuestro propósito fomenta la esperanza y el amor hacia los demás. Que los testimonios de este encuentro nos motiven a ser auténticos sembradores de misericordia y solidaridad.
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