Guinea-Bissau entra en una nueva fase de incertidumbre tras la toma del poder por militares y la detención del presidente, mientras sacerdotes católicos de África Occidental llaman a la calma y al respeto de los procesos democráticos.
Guinea-Bissau se ha sumido en una nueva ola de incertidumbre después de que soldados tomaran presuntamente el poder y detuvieran al presidente Umaro Sissoco Embaló, mientras sacerdotes católicos de toda África Occidental pedían serenidad y respeto a los procesos democráticos en el tenso periodo posterior a las elecciones.
El miércoles 26 de noviembre, un grupo de oficiales del ejército anunció haber tomado el control del país, un día antes del anuncio previsto de los resultados de las disputadas elecciones presidenciales celebradas el 23 de noviembre, según informó Reuters. A través de su portavoz, Diniz N’Tchama, los militares comunicaron en la televisión estatal la destitución del presidente Embaló. Además, suspendieron el proceso electoral, cerraron las fronteras nacionales e impusieron un toque de queda en todo el territorio.
Los oficiales justificaron su intervención alegando que pretendían impedir un supuesto plan urdido por ciertos políticos, presuntamente respaldados por “a notorious drug trafficker”, con el fin de generar inestabilidad en el país. También anunciaron la creación de un órgano denominado “High Military Command for the Restoration of Order”, encargado de gobernar la nación por tiempo indefinido. Por último, instaron a la población a “remain calm”.
