La Conferencia Episcopal de Nigeria ha expresado su preocupación por la violencia creciente, pidiendo al gobierno que adopte medidas para proteger a las comunidades cristianas y llevar a los responsables ante la justicia.
La Conferencia Episcopal de Nigeria publicó un comunicado en el que manifiesta su profunda inquietud ante la escalada de violencia en el país, haciendo referencia a los recientes secuestros en dos escuelas y al ataque contra una iglesia pentecostal. El obispo Bulus Dauwa Yohanna, de Kontagora, advirtió que la población está agotada y teme que esta situación conduzca a que algunos tomen la justicia por su mano. Por ello, los prelados solicitaron al gobierno que adopte medidas inmediatas para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
En el texto, los obispos condenaron con firmeza las atrocidades cometidas por bandas criminales que han sembrado el terror especialmente entre las comunidades cristianas del norte y centro del país. La Conferencia Episcopal subrayó la necesidad de que las autoridades actúen con determinación para llevar ante la justicia a los responsables y proteger los derechos y libertades de las minorías cristianas, víctimas recurrentes de estas violaciones.
Monseñor Yohanna manifestó su preocupación ante el riesgo de una reacción violenta por parte de la población debido a la inseguridad persistente. Señaló que muchos ataques se dirigen contra cristianos y recordó que algunos perpetradores son delincuentes motivados por intereses económicos. La Iglesia continúa orando por la paz y la unidad, al tiempo que exhorta a trabajar conjuntamente para evitar cualquier división.
Además, la Conferencia Episcopal reiteró que no se ha perdido la esperanza e invitó a los nigerianos a convertirse en agentes de reconciliación, rechazando el odio y promoviendo el diálogo y el respeto mutuo. Monseñor Yohanna criticó también la falta de respuesta efectiva por parte de la comunidad internacional y advirtió que, sin acciones concretas, el conflicto podría extenderse aún más.
