El arzobispo de Toulouse rectifica y cesa al sacerdote condenado por violación que nombró como canciller

El arzobispo Guy de Kerimel anunció este sábado a través de un comunicado su decisión de revertir el nombramiento de Dominique Spina como canciller arquidiocesano, apenas un mes después de su designación.

“Para no provocar división entre los obispos y no quedar en un punto muerto entre los ‘a favor’ y los ‘en contra’, decidí revertir mi decisión; esto ya se ha hecho, con el nombramiento de un nuevo canciller”, explicó el prelado en un comunicado.

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El arzobispo reconoció que su decisión inicial fue interpretada por muchos como un desaire a las víctimas de abusos sexuales y pidió perdón: “Les pido perdón. Obviamente, no era mi intención”.

Al mismo tiempo, señaló que otros vieron en el nombramiento un signo de esperanza para quienes, tras cumplir condena, atraviesan un proceso de “muerte social”. En su mensaje, de Kerimel profundizó en el debate entre justicia y misericordia, recordando que el Evangelio se fundamenta en la redención y la conversión, pero insistiendo en la necesidad de mantener un equilibrio entre ambas dimensiones:

“Creemos que la justicia no se opone a la misericordia, la misericordia no se opone a la justicia (…) ¿Cómo podemos mantenerlas unidas? Quisiera que sigamos reflexionando sobre este importante tema”.

Contexto de la polémica

El anuncio cierra un mes de intensa controversia en Francia tras el nombramiento de Dominique Spina, sacerdote condenado en 2006 a cinco años de prisión por la violación de un menor de 16 años ocurrida en 1993, cuando ejercía como capellán y párroco en la diócesis de Bayona.

Spina había sido designado el pasado 2 de junio como canciller de la archidiócesis y delegado episcopal para los matrimonios, un cargo de gran relevancia administrativa que incluye funciones notariales y de asesoramiento al arzobispo.

La decisión provocó un aluvión de críticas por parte de asociaciones de víctimas y de medios franceses como Le Monde, Charlie Hebdo y Libération, que calificaron la medida de imprudente y dañina para la credibilidad de la Iglesia en un momento de especial sensibilidad frente a los abusos sexuales cometidos en su seno.

La Conferencia Episcopal de Francia pidió públicamente al arzobispo que reconsiderase su postura

La incomodidad se extendió rápidamente a los propios obispos del país, quienes publicaron un comunicado colectivo en el que invitaron al arzobispo de Toulouse a reconsiderar el nombramiento.

En el texto, los prelados subrayaron que la Iglesia en Francia “ha recorrido con valentía el camino de la verdad en la dolorosa cuestión de los abusos” y que este esfuerzo debe continuar con firmeza en todos los ámbitos de la vida eclesial.

“Hemos aprendido a ver estos hechos desde la perspectiva de las víctimas, que sufren las consecuencias de por vida”, señalaron. Al mismo tiempo, destacaron que una designación como la de Spina, “para un cargo tan importante, canónico y simbólicamente, solo puede reavivar heridas, despertar sospechas y desconcertar al pueblo de Dios”.

Finalmente, confirmaron haber mantenido un diálogo con monseñor de Kerimel, instándolo a rectificar, algo que el prelado ha hecho público ahora.