Durante la Misa por el Perú, el arzobispo de Lima exhortó a fortalecer la hermandad y a rezar con insistencia por una patria más justa y unida.
En el marco de las celebraciones por Fiestas Patrias, el cardenal Carlos Castillo presidió la Misa por el Perú en la Catedral de Lima, donde pronunció una homilía centrada en el poder transformador de la oración, la urgencia de la unidad nacional y el compromiso con los más olvidados del país.
Desde el altar mayor, Castillo hizo una llamada a mirar al Perú con esperanza, pero también con conciencia crítica. “Si la oración no existiera, quizás ya habríamos desaparecido como país”, reflexionó, resaltando cómo la diversidad cultural y lingüística del país solo puede sostenerse sobre la confianza en Dios.
Inspirado por el Evangelio según san Lucas y el pasaje de Abraham intercediendo por Sodoma, el cardenal enfatizó que la verdadera oración no consiste solo en pedir “cosas”, sino en abrirse al Espíritu de Dios, quien “desarrolla una capacidad creativa impresionante” en quienes lo acogen.
“Debemos ser como esos ‘pesados’ que no se cansan de insistir ante Dios”, dijo con humor, evocando el ejemplo evangélico del amigo que llama de noche. “El Señor, como es nuestro Padre, jamás dejará de escucharnos”.
Uno de los ejes centrales del mensaje fue la necesidad de afianzar la identidad nacional sobre la base del reconocimiento mutuo. Castillo recordó cómo antes, al encontrarse en el extranjero, los peruanos se identificaban por su región o provincia. “Hoy decimos con orgullo: ¡somos peruanos!”, expresó, destacando el crecimiento de la conciencia nacional.
“Dios nos creó distintos, únicos, pero todos somos hijos del mismo Padre”, sostuvo, enlazando esta visión con la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco y con la importancia de vivir la fe desde la Tradición evangélica y no solo desde costumbres externas.
Aunque reconoció logros en la economía, como la estabilidad frente a la inflación, el arzobispo también criticó la falta de compromiso de muchos dirigentes hacia los sectores postergados. “Hay un clamor ante la indiferencia”, advirtió, e instó a orar para que quienes gobiernan actúen con compasión y sentido de hermandad.
El cardenal Castillo instó a todos los peruanos a “no tener vergüenza de insistirle al Señor” y a construir “un país lindo, más aún de lo que ya tenemos”, con el corazón abierto al Espíritu y al Evangelio. “Que en esta oración por el Perú sigamos creciendo como hermanos”, concluyó, deseando bendiciones y unas felices Fiestas Patrias para todos.
Escribir un comentario