El Papa León XIV ha enviado un contundente mensaje doctrinal a los obispos de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, reunidos en Bogotá del 17 al 20 de agosto, advirtiendo contra la idolatría de la naturaleza y recordando que la misión eclesial en la región no puede sustituirse por ideologías naturalistas. El telegrama, firmado por el cardenal Pietro Parolin, reafirma la centralidad de Jesucristo en toda acción pastoral, sin concesiones a cultos ajenos a la fe católica.
Dirigiéndose a los 83 prelados presentes en la asamblea amazónica celebrada en la sede del CELAM, el Santo Padre señaló tres pilares ineludibles para la misión de la Iglesia en esa región: el anuncio claro del Evangelio, el respeto a la dignidad de los pueblos originarios y el cuidado de la creación. Advirtió que esta última dimensión debe vivirse “sin esclavitudes ni idolatrías”, pues la naturaleza no es un fin en sí misma, sino un medio ordenado a la alabanza de Dios y a la salvación de las almas.
En el telegrama, León XIV retoma la enseñanza de san Ignacio de Loyola sobre el uso recto de las criaturas, y recuerda que “no menos evidente es el derecho y el deber de cuidar la casa que Dios Padre nos ha confiado […] ni, mucho menos, someterse a ellos como esclavo o adorador de la naturaleza”. La referencia se interpreta como una corrección al uso ambiguo de símbolos paganos durante el Sínodo de la Amazonía, sin mencionar expresamente los hechos de 2019.
Al mismo tiempo, el Pontífice exhorta a los obispos a proclamar a Jesucristo con claridad y caridad entre los pueblos de la cuenca amazónica. “Es necesario ofrecerles el pan fresco y puro de la Buena Nueva y el alimento celestial de la Eucaristía”, señala el mensaje. Solo en Cristo —añade— puede el hombre ser redimido de toda opresión. La injusticia social no se resuelve con activismo, sino con evangelización: “donde se predica el nombre de Cristo, la injusticia retrocede de manera proporcional”.
La asamblea fue inaugurada con la nueva misa por la custodia de la creación, recientemente aprobada por el Papa y presidida por el cardenal Leonardo Steiner en Bogotá. En una ceremonia previa, se entregaron a los obispos cruces pectorales hechas de madera calcinada por los incendios de la Chiquitanía boliviana. El gesto simboliza el compromiso con la creación desde una perspectiva cristocéntrica, no desde planteamientos ideológicos ni sincretismos culturales ajenos a la fe.
Por su parte, el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA, reivindicó la sinodalidad como camino pastoral para la región, y subrayó la necesidad de “convertir los signos de los tiempos en signos de esperanza”. Sin embargo, el mensaje del Papa marca con nitidez los límites doctrinales: custodiar la creación no significa absolutizarla ni reducir la acción pastoral al discurso ambientalista. “La misión cristiana —afirma el telegrama— no es crear nuevos cultos, sino guiar cada cosa a su cumplimiento en Cristo”.