En un giro inesperado, algunas iglesias protestantes han decidido sustituir la bandera nacional por la bandera del arcoíris, símbolo del movimiento LGBTQ+. Este cambio ha generado un intenso debate sobre la identidad y los valores que estas congregaciones desean representar. La decisión ha sido recibida con reacciones mixtas, reflejando la diversidad de opiniones dentro de la comunidad religiosa.
En Bélgica, las víctimas de abusos sexuales han solicitado al Papa León XIV la destitución del arzobispo Luc Terlinden. Esta petición subraya la continua lucha por la justicia y la rendición de cuentas dentro de la Iglesia. Las víctimas buscan que se tomen medidas concretas para abordar el dolor y el sufrimiento causados por estos abusos, y esperan que el Papa actúe en consecuencia.
Mientras tanto, en Etiopía, los cristianos enfrentan una creciente persecución, especialmente en la región de Oromía. Los ataques contra esta comunidad se han intensificado, generando preocupación por la seguridad y el bienestar de los fieles. La situación en Etiopía es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los cristianos en diversas partes del mundo, donde la fe puede convertirse en un factor de riesgo.
