León XIV, bajo presión por la crisis doctrinal ligada a Tucho Fernández

León XIV, bajo presión por la crisis doctrinal ligada a Tucho Fernández

En este texto, publicado recientemente en el portal Benoit et moi, se examina el papel del cardenal argentino Víctor Manuel Fernández en la actual crisis doctrinal que, según su autor, afecta a la Santa Sede y condiciona el inicio del pontificado de León XIV tras la muerte de Jorge Mario Bergoglio.

El artículo analiza el papel del cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, conocido como «Tucho», en la actual crisis doctrinal que, según el texto, afecta a la Santa Sede y se prolonga más allá de la muerte de Jorge Mario Bergoglio, fallecido el 21 de abril de 2025. Fernández, estrechamente vinculado a Bergoglio desde finales de los años noventa, fue nombrado en 2023 prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y se le atribuye la autoría o impulso de varios documentos polémicos preparados bajo el pontificado de Francisco y publicados ahora bajo el de León XIV.

El texto recuerda que Fernández gozó durante años de una protección especial por parte de Francisco, que le permitió ascender a cargos cada vez más relevantes pese a las críticas sobre su falta de profundidad teológica y de tacto eclesial. Se mencionan sus antiguos escritos sobre «el beso» y «el orgasmo», considerados por sus detractores impropios de un teólogo de alto rango, así como su labor como redactor en la sombra de Bergoglio. Según el análisis, esta trayectoria no se explica por méritos académicos, sino por un sistema de lealtades personales tejido en Argentina y trasladado después a Roma.

El caso más emblemático citado es el de la declaración Fiducia supplicans, presentada por Fernández a Francisco poco después de asumir el cargo en Roma y firmada por el papa el 18 de diciembre de 2023. El documento, que autorizaba bendiciones para parejas en situación irregular, incluidas explícitamente las parejas homosexuales, provocó un amplio rechazo: conferencias episcopales africanas se negaron a aplicarlo, obispos de varios países anunciaron que lo ignorarían y la Iglesia copta ortodoxa rompió el diálogo con Roma. Durante semanas, el Vaticano se vio obligado a intentar calmar la situación, con intervenciones de Fernández —que llegó a precisar que las bendiciones homosexuales no debían durar más de 15 segundos— y del propio Francisco, que defendió el texto atacando a los críticos como hipócritas e ideólogos.

El artículo sostiene que los defensores de Bergoglio no respondieron al reproche de fondo, a saber, que Fiducia supplicans «oculta la verdad» y se inscribe en una «capitulación» de Francisco en materia de homosexualidad. A ello se suma la nota doctrinal Mater populi fideis, que prácticamente prohibió el uso del título de Corredentora para la Virgen María sin ofrecer, según el texto, una justificación teológica sólida. Fernández intentó matizar después que el título podía usarse en privado, pero no oficialmente, y que la decisión valía «siempre» en el sentido de «a partir de ahora», lo que, a juicio del autor, aumentó la confusión.

Otra intervención cuestionada es la nota doctrinal Una caro, presentada como respuesta a la poligamia en África pero basada casi exclusivamente en teólogos europeos del siglo XX, sin referencia suficiente a las realidades antropológicas, los cambios sociales ni la situación de mujeres y niños afectados por la poligamia. El artículo describe a Fernández como un autor centrado en la sexualidad y más pendiente de un auditorio académico que de las necesidades de la Iglesia universal.

El texto amplía la crítica al llamado «sistema de protección bergoglien», ejemplificado en el caso de Daniel Pellizzon, antiguo colaborador en la clasificación de los archivos personales de Bergoglio, luego vinculado a Fernández en la Universidad Católica Pontificia de Argentina, ordenado sacerdote en 2018 y convertido en secretario personal de Francisco en 2023. Tras la muerte del papa, Pellizzon fue enviado a Buenos Aires para hacerse cargo de una de las parroquias más atractivas de la ciudad, pese a haber sido expulsado del seminario y ordenado «por misericordia» tras una intervención. Para el autor, este itinerario ilustra un sistema que premia la pertenencia a un círculo antes que las competencias.

En este contexto, el artículo se pregunta cómo afrontar el «problema Tucho Fernández» en el nuevo pontificado. Subraya que León XIV sorprende por el elevado número de documentos concebidos bajo Francisco y publicados ahora, y considera especialmente grave que el nuevo papa firme estos textos «Tucho-bergoglianos». Nadie puede obligar a un pontífice a rubricar un documento, por lo que, al hacerlo, asume su contenido como propio. El resultado, según el análisis, es una «mancha» que lastra el pontificado actual, daña la autoridad de la Congregación para la Doctrina de la Fe y debilita la credibilidad doctrinal de la Iglesia mediante documentos contradictorios y «experimentos ideológicos precipitados». El texto concluye recordando que, pocos días después de Fiducia supplicans, el cardenal Joseph Zen pidió la dimisión de Fernández y plantea la incógnita de cuánto tiempo podrá la Iglesia mantener a este prefecto y el sistema de protección que le rodea.

Fuente: Le problème Tucho: un boulet au pied de Léon XIV | Benoit et Moi — El problema Tucho: un lastre para León XIV | Benoit y Yo

Comentarios
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Piedad Soriano
Ayer
La crisis actual en la Santa Sede, impulsada por Tucho Fernández, pone en riesgo la fe histórica. Su enfoque sobre la sexualidad y su relación con Bergoglio generan confusión y debilitan la autoridad de la Iglesia. La defensa de sus ideas parece más una manipulación que una necesidad pastoral real.
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