Caen los bautizos de recién nacidos en España, pero crecen los de adultos

Caen los bautizos de recién nacidos en España, pero crecen los de adultos

En este texto se analizan los últimos datos de la Conferencia Episcopal sobre la evolución de los sacramentos en España, con especial atención al notable aumento de los bautizos de adultos frente al retroceso de las celebraciones tradicionales en la infancia.

Fuente: Aumentan los bautismos de adultos: «Sentí un vacío y veía que mis amigos católicos eran más felices»

En 2024, la Iglesia Católica en España registró un descenso continuado en bodas, bautizos y primeras comuniones, pero un aumento significativo del bautismo de adultos. Según los últimos datos de la Conferencia Episcopal, el año pasado se bautizaron 146.370 personas, de las cuales 13.323 eran mayores de 7 años, casi el 10% del total. Esta cifra supone un incremento del 12,6% respecto a 2023, cuando se contabilizaron 11.835 bautismos de adultos de un total de 152.426. Mientras el número global de bautizados cayó un 3,97% en un año, el de adultos siguió la tendencia contraria y creció de forma notable.

Este fenómeno se enmarca en un contexto de fuerte descenso del bautismo de recién nacidos. En 2007, primer año con datos agrupados de la Conferencia Episcopal, se registraron 325.271 bautizos, lo que equivalía al 66,04% de los niños nacidos entonces. En 2024, excluyendo a los 13.323 adultos, el número de bautizados se reduce a 133.047, apenas el 41,83% de los nacidos ese año. Es decir, sólo cuatro de cada diez recién nacidos fueron bautizados, frente a los dos tercios de hace menos de dos décadas. A la caída de la natalidad se suma que cada vez más padres no piden el bautismo para sus hijos, ni siquiera como rito social.

En este escenario, el aumento de los bautismos de adultos se explica en parte porque son los propios interesados quienes, ya con uso de razón, solicitan su incorporación a la Iglesia. La Conferencia Episcopal considera bautismo de adulto a partir de los 7 años, aunque la mayoría de estos casos corresponden a mayores de edad. Su proceso de entrada en la Iglesia difiere del de los niños: lo habitual es que sigan una catequesis individualizada de alrededor de dos años, ya que el número de candidatos aún no permite formar grupos amplios. Al término de este itinerario, suelen recibir en una misma ceremonia los tres sacramentos de iniciación cristiana: bautismo, confirmación y Eucaristía, frecuentemente en la Vigilia Pascual.

La trayectoria de Adrián, que recibió los tres sacramentos esta pasada Pascua, ilustra este cambio. Con 21 años, trabajando como animador en una residencia de ancianos en Villamanta (Madrid), comenzó a asistir a la misa semanal de los residentes. «Todos los jueves se celebra una misa para los residentes y mi tarea como animador era ayudarles a prepararla, aunque no era creyente ... y no había ido nunca a la iglesia. Así, gracias a ellos empiezo a conocer este mundo, lo que es creer y comienzo a sentir la fe de primera mano, viendo cómo las personas mayores la viven», relata. Al saber que no estaba bautizado, las ancianas «empezaron a animarme y llegó un momento en el que les dije “venga, voy a daros la oportunidad de que me mostréis lo fantástico que es este mundo”». A partir de ahí, el capellán le orientó hacia la catequesis de adultos.

El caso de Rodrigo, también de 21 años y originario de Salamanca, refleja otra vía de acceso. Estudiante de Economía y Estudios Internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid, explica que «mi padre nunca ha sido religioso y mi madre acababa de vivir una crisis de fe, por lo que no nos bautizaron ni a mí ni a mi hermano, con la idea tan extendida de que “cuando sean mayores que decidan ellos”». Pese a no estar bautizados, ambos estudiaron en un colegio católico concertado, donde vivieron «una especie de catolicismo cultural», con «las tradiciones de Navidad y Semana Santa pero sin el aparato religioso». Tras la vuelta de su madre a la fe y el contacto con amigos católicos practicantes, Rodrigo percibió «un cierto vacío» y observó que quienes estaban cerca de la Iglesia «eran más felices». Un amigo le presentó al párroco y comenzó la catequesis; ahora espera ser bautizado en la próxima Vigilia Pascual en la diócesis de Getafe, donde le han indicado que serán «más de cincuenta» adultos repartidos entre la catedral y la basílica del Cerro de los Ángeles.

El crecimiento de los bautismos de adultos en España se asemeja a lo que ya ocurre en otros países europeos con mayor secularización previa, como Francia. Allí, la Conferencia Episcopal Francesa registra estos datos desde hace dos décadas y, en la última Pascua, se bautizaron 10.384 mayores de 18 años, un 45% más que el año anterior, además de más de 7.400 adolescentes de entre 11 y 17 años, un 33% más. El episcopado español no ofrece por ahora un desglose por edades tan detallado, pero las cifras apuntan a una presencia creciente de jóvenes que, sin haber sido educados religiosamente, solicitan el bautismo por decisión propia.

Comentarios
0
Sebastián Guevara
2 dias hace
La caída de los bautizos de recién nacidos en España muestra una crisis de fe en la tradición católica. El aumento de bautismos de adultos puede parecer positivo, pero revela más una búsqueda personal que un compromiso familiar. La Iglesia debería reflexionar sobre cómo estos cambios afectan su legado espiritual.
Like Me gusta Citar
Escribir un comentario

Enviar

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.

Hasta luego