Las figuras católicas que han marcado de manera decisiva la vida de la Iglesia en 2025, en un contexto señalado por acontecimientos de gran relevancia para la comunidad de fieles en todo el mundo.
Fuente: Los personajes católicos más influyentes del 2025 | ACI Prensa
El año 2025 quedó marcado en la Iglesia Católica por la muerte del Papa Francisco, la elección del Papa León XIV y una serie de testimonios de fe con amplia repercusión internacional. El 21 de abril, Lunes del Ángel, falleció el Papa Francisco tras un pontificado caracterizado por la cercanía pastoral, la defensa de los más pobres y un enfoque misionero orientado a las periferias existenciales. Su legado de misericordia y diálogo dejó una huella profunda en la Iglesia universal, y su muerte provocó un hondo dolor entre millones de fieles. Su último gran gesto público fue el 20 de abril, Domingo de Resurrección, cuando impartió la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro, ante una Plaza de San Pedro abarrotada de peregrinos.
Tras el cónclave convocado por su fallecimiento, en mayo fue elegido León XIV. Inició su pontificado con un marcado énfasis en la comunión eclesial, la continuidad doctrinal y la cercanía a los pobres. En octubre publicó la exhortación apostólica Dilexi te (“Te he amado”), centrada en el amor a los más necesitados y en la urgencia de situarlos en el corazón de la misión de la Iglesia. A lo largo de 2025, el nuevo Pontífice impulsó el Jubileo de la Esperanza, canonizó a santos contemporáneos como Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati, y reiteró sus llamamientos al ecumenismo, al diálogo y a la paz, especialmente en su primer viaje apostólico a Turquía y Líbano.
Entre los testimonios personales que marcaron el año destacó el de Antonia Salzano, madre de San Carlo Acutis. Su presencia en entrevistas y encuentros internacionales, antes y después de la canonización de su hijo, ofreció una visión cercana de lo que significa ser madre de un santo y subrayó el origen cotidiano y familiar de la santidad. Su experiencia de dolor iluminada por la fe, así como su respaldo a iniciativas como la película Kit de santidad, ofreció consuelo a madres y familias que perdieron a un hijo y animó a muchos jóvenes a redescubrir la Eucaristía, el Rosario y el llamado universal a la santidad.
Otro testimonio relevante fue el de Erika Kirk, viuda del líder cristiano conservador Charlie Kirk, asesinado en 2025. Durante el multitudinario funeral, sorprendió al perdonar públicamente al asesino, y transformó un episodio de violencia en un mensaje evangélico con fuerte impacto mediático. Ese mismo año asumió la dirección ejecutiva de Turning Point USA, con lo que continuó el legado de su esposo desde una perspectiva que trascendió el ámbito estrictamente político.
En el contexto de los conflictos en Tierra Santa, el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, se consolidó como una de las voces más escuchadas de la Iglesia. Denunció la violencia en Gaza e Israel, dio testimonio del sufrimiento de cristianos y civiles y recordó que Cristo está presente “crucificado en los heridos”. Su liderazgo se expresó también en gestos concretos, como la visita a comunidades afectadas por la guerra, la celebración de la fiesta de Nuestra Señora Reina de Palestina, el acompañamiento a cristianos perseguidos y un viaje a Estados Unidos para sensibilizar y recaudar ayuda para Tierra Santa.
En Estados Unidos, el obispo de El Paso (Texas), mons. Mark J. Seitz, reforzó su perfil como defensor de los migrantes desde una diócesis fronteriza con México. Subrayó que la inmigración es ante todo un “asunto del Evangelio” y criticó políticas migratorias que consideró “contrarias a la ley moral”. Promovió iniciativas legislativas bipartidistas como la Ley de Dignidad y llevó al Papa León XIV testimonios y cartas de familias migrantes con miedo a la deportación, gesto que conmovió al Pontífice. Además, impulsó el “Compromiso Cabrini”.
