Por fin la paz en la Tierra Santa

Por fin la paz en la Tierra Santa

Por fin, ayer se firmó la Paz en Egipto. a ver lo que dura... Una paz deseada por Dios. Una paz invocada por Cristo. Una paz que la Virgen de la Paz ha venido implorando desde los cielos para el Oriente Medio. Y hoy podemos decir que, aunque frágil, hay luz en medio de tanta oscuridad.

Demasiadas almas han sido segadas, demasiadas familias destrozadas, demasiados inocentes han llorando sin consuelo. La guerra ha sido una epidemia de muerte y dolor. Pero algo ha cambiado. Los cañones callan, al menos por ahora. Se ha acordado un alto el fuego, los rehenes han sido liberados y las promesas de ayuda humanitaria se alzan como esperanza. En ese cambio hay un nombre inevitable: Donald Trump.

No es ningún santo ni creo que pretenda serlo, pero ha tenido la determinación que otros evitaron. Empujó a las partes a firmar lo que parecía imposible. Exigió condiciones, movió apoyos en el mundo árabe, forzó mesas de diálogo y presionó a Israel para aceptar concesiones. Y el resultado está a la vista: por primera vez en años, Oriente deja de contar muertos.

¿Lo hizo por convicción, por estrategia o por reconocimiento? Tal vez un poco de todo. Nadie ignora que busca su lugar en la historia y que algunos ya murmuran su nombre junto al Nobel de la Paz que este año recibió María Corina Machado. Pero incluso si su impulso nace del deseo de gloria, bienvenido sea si ha servido para detener las bombas. A veces Dios escribe recto con renglones torcidos.

Porque al final la paz no depende del mérito de los poderosos, sino de la conversión del corazón humano. Cristo no vino a dar una paz de diplomacia, sino la que exige perdón, justicia y misericordia.

La Virgen de la Paz no se aparece en los palacios, sino entre los escombros. En cada madre que decide no odiar. En cada hombre que baja el arma y levanta a un hermano.

Esa es la paz que el mundo necesita: no la que se firma, sino la que se vive.

Que este alto el fuego no sea un paréntesis, sino un principio.

Porque ya basta. Ya basta de guerras que matan inocentes y hieren la esperanza del mundo.


Iglesia Noticias no se hace cargo de las opiniones de sus colaboradores, que no tienen por qué coincidir con su línea editorial.

Comentarios
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Marina Mora
1 hora hace
¿Qué tipo de paz deseamos para Tierra Santa? La reciente firma de un alto al fuego ofrece un rayo de esperanza en medio de la tragedia que ha afectado a tantas familias. No obstante, este acuerdo no debe confundirse con una paz auténtica, que debe surgir de la reconciliación, el perdón y un firme compromiso con la justicia. Aunque es alentador que actores internacionales fomenten el diálogo, el verdadero cambio exige un esfuerzo conjunto para sanar las heridas y cultivar una cultura de paz que vaya más allá de lo político. Solo así podremos construir un futuro donde la esperanza sea duradera y cada vida tenga valor.
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