En el vuelo de regreso de su primera gira internacional, el Papa León XIV pidió a Estados Unidos evitar el uso de la fuerza en Venezuela y defendió el diálogo y la presión económica como únicas vías legítimas de cambio.
De regreso de su primera gira internacional, el primer Pontífice nacido en Estados Unidos criticó de forma elíptica al gobierno de Donald Trump y rechazó cualquier intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, al tiempo que insistió en que existen otras vías, como el diálogo, las negociaciones y “la presión económica”. A bordo del vuelo papal que despegó de Beirut rumbo a Roma, el Papa Prevost mantuvo una conferencia de prensa con los periodistas que lo acompañaban, siguiendo la tradición inaugurada por su predecesor argentino. Tras agradecer el trabajo de la prensa durante la gira, respondió a ocho preguntas, entre ellas una sobre la situación de altísima tensión en Venezuela, planteada en nombre de los periodistas hispanohablantes.
Al abordar ese tema, León XIV fue tajante: cuestionó la posibilidad de que Estados Unidos recurra a la fuerza para provocar un cambio de régimen en Caracas y recordó que ya había manifestado reservas similares cuando habló sobre la política migratoria de Donald Trump. Subrayó que, ante todo, le preocupa el sufrimiento de la población civil y no el de las autoridades. “A nivel de la conferencia episcopal, con el nuncio, estamos buscando maneras para calmar la situación, buscar, sobre todo, el bien del pueblo, porque tantas veces el que más sufre en estas situaciones es el pueblo, no son las autoridades”, dijo el Santo Padre, al explicar la implicación de la Iglesia en la crisis venezolana.
El Papa Prevost mostró estar al tanto de los movimientos diplomáticos recientes y de las señales contradictorias que llegan desde Washington. “Las voces que vienen de Estados Unidos cambian. Con cierta frecuencia a veces hay que ver: por un lado, parece que ha habido una conversación por teléfono de los dos presidentes; por otro lado, hay ese peligro, esa posibilidad, de que haya una actividad, alguna operación, incluso invadiendo el territorio de Venezuela”, advirtió. Frente a ese escenario, reiteró su apuesta por las vías pacíficas y por instrumentos de presión no armados. “Yo no sé más... Yo, de nuevo, creo que es mejor buscar maneras de diálogo, quizás incluso presión económica, pero buscando otra manera para cambiar, si es lo que deciden hacer en Estados Unidos”, añadió, marcando distancia de cualquier opción bélica.
En otro tramo de la conversación, León XIV fue consultado sobre sus futuros viajes apostólicos. Confirmó su intención de visitar la Argentina y Uruguay —dos destinos que habían quedado pendientes en la agenda de Francisco— y también su deseo de regresar a su querido Perú, aunque aclaró que aún no hay fechas definidas y que esa gira no es inminente. Antes de concretar un periplo latinoamericano, el Santo Padre explicó que, como Papa agustino, quiere viajar a Argelia, tierra natal y escenario de la vida de San Agustín, así como a algún otro país africano que prefirió no revelar por el momento. “En cuanto a los viajes, seguro seguro, no hay nada. Espero realizar un viaje a África, ése sería el segundo viaje”, afirmó.
Consultado específicamente sobre qué país africano tiene en mente, León XIV reveló: “Personalmente desearía ir a Argelia para visitar los lugares de la vida de San Agustín”. Y añadió que ese viaje tendría también una dimensión interreligiosa muy marcada. “Pero también para continuar con el tema del diálogo y de la construcción de puentes entre el mundo cristiano y el mundo musulmán”, explicó, subrayando que su reciente gira ya había puesto el acento en esa línea. “Ya en el pasado tuve oportunidad de hablar de este tema, y San Agustín ayuda mucho como puente porque en Argelia es muy respetado como hijo de la patria”, señaló. El Papa insistió en que le ilusiona especialmente visitar América Latina. “Evidentemente, me gustaría mucho visitar América Latina, Argentina, Uruguay, que están esperando la visita del Papa. También pienso que en Perú me recibirán, si voy a Perú, muchos países vecinos, pero, todavía el proyecto no está definido”, reconoció, aunque admitió que ese viaje podría concretarse en 2026 o 2027.
La rueda de prensa derivó luego hacia el conflicto en Medio Oriente. Preguntado por la situación en Líbano y por una carta que le habría enviado el grupo chiita libanés Hezbollah —diezmado por Israel, que lo considera terrorista, pero con presencia como partido político en el país—, el Santo Padre explicó que la Santa Sede trabaja “entre bastidores” y mantiene contactos con todos los actores implicados para intentar frenar la espiral de violencia. En ese contexto, sugirió haberse reunido con algún representante de Hezbollah y confirmó que había leído la misiva. “Durante este viaje también tuve encuentros personales con representantes de diversos grupos que representan, en realidad, autoridades políticas, personas o grupos que tienen también algo que ver con los conflictos internos o también internacionales en la región”, relató. León XIV insistió en que la diplomacia vaticana se caracteriza por la discreción. “Nuestro trabajo principalmente no es una cosa pública que declaramos por las calles, es un poco entre bastidores. Una cosa que ya hemos hecho, en efecto, y queremos hacer para tratar de convencer a las partes a que dejen las armas, la violencia y se reúnan alrededor de una mesa y buscar soluciones que no son violentas, sino que pueden ser más eficaces. Es mejor para el pueblo”, aseguró.Al ser interrogado directamente sobre la carta, respondió sin rodeos: “Sí, vi la carta” de Hezbollah, y precisó: “Evidentemente de parte de la Iglesia está la propuesta que dejen las armas y que buscamos el diálogo, pero, más de esto prefiero no comentar en este contexto”.
Otra de las cuestiones planteadas al Papa Prevost fue el temor de algunos católicos europeos que consideran que el Islam supone una amenaza para la identidad cristiana de Occidente. León XIV defendió la importancia del diálogo, el respeto mutuo y la cooperación entre religiones para desactivar esos miedos. “Sé que en Europa hay muchos miedos, pero la mayoría de las veces son generados por personas que están en contra de la inmigración y que intentan mantener fuera a las personas que pueden venir de otro país, de otra religión, de otra raza”, advirtió. Y añadió: “Y en este sentido, me gustaría decir que todos necesitamos trabajar juntos. Una de las cosas positivas de este viaje es haber llamado la atención del mundo sobre la posibilidad de que el diálogo y la amistad entre musulmanes y cristianos sean posibles. Creo que esta es una lección importante que debemos escuchar en Europa y Norteamérica. Quizás deberíamos tener un poco menos de miedo y buscar formas de promover un diálogo auténtico y el respeto”.
En el tramo final de la conferencia, León XIV fue preguntado por la guerra en Ucrania y por la posibilidad de alcanzar una paz justa sin la participación de Europa, que en los últimos meses ha sido sistemáticamente marginada por la presidencia estadounidense en los intentos de negociación. El Papa volvió entonces a criticar a su país de origen. “Es evidente que, por un lado, el presidente de los Estados Unidos cree que puede promover un plan de paz que le gustaría llevar a cabo y que, al menos en un primer momento, no cuenta con Europa. Sin embargo, la presencia de Europa es importante y esa primera propuesta se modificó también por lo que Europa estaba diciendo”, apuntó, subrayando el peso político del continente en cualquier solución duradera.
León XIV destacó, en particular, el posible papel de Italia como mediadora. “Concretamente, creo que el papel de Italia podría ser muy importante. Cultural e históricamente, Italia tiene la capacidad de actuar como mediadora en un conflicto entre diferentes partes. También Ucrania, Rusia, Estados Unidos... En este sentido, podría sugerir que la Santa Sede fomente este tipo de mediación y que busquemos juntos una solución que realmente pueda ofrecer paz, una paz justa, en este caso en Ucrania”, concluyó.
