La Comisión del Vaticano para la Protección de los Menores presentará su informe anual el 16 de octubre

La Comisión del Vaticano para la Protección de los Menores presentará su informe anual el 16 de octubre

El Vaticano ha anunciado la fecha de publicación de su segundo informe sobre la protección contra el abuso, previsto para el 16 de octubre, en un esfuerzo por promover una cultura global de responsabilidad.

La Comisión Pontificia para la Protección de Menores concluyó su Asamblea Plenaria de Otoño en Cracovia el pasado 3 de octubre, tras cinco días de deliberaciones centradas en cómo fortalecer la salvaguardia infantil en toda la Iglesia global. Bajo la dirección de su nuevo presidente, el Arzobispo Thibault Verny de Chambéry, la Comisión delineó una estrategia que exige coraje, humildad y un renovado sentido de claridad moral en el abordaje del abuso y su prevención.

Para Verny, quien asumió el cargo a principios de este año, la reunión simbolizó un cambio hacia un enfoque más amplio e interconectado de la protección, uno que escucha profundamente a los sobrevivientes, valora la transparencia e insiste en una verdadera rendición de cuentas. Hablando ante participantes de todos los continentes, Verny pidió a los líderes de la Iglesia que resistieran la complacencia y "aprendieran unos de otros sin oposición", señalando que "algunos países del Sur Global están más avanzados que el Norte en el desarrollo de prácticas efectivas de salvaguardia".

La elección de Polonia como sede tuvo su propio significado. El prelado francés enfatizó que reunirse en Cracovia fue un acto de solidaridad con los sobrevivientes y las comunidades locales que aún lidian con las heridas de abusos pasados. "Gracias a las víctimas, podemos continuar nuestro camino y comprender", afirmó Verny. "La Iglesia debe vivir una cultura de protección en diálogo con la sociedad, inspirándose en ella en previsión y prevención".

Un elemento central de la asamblea fue la revisión del Marco de Directrices Universales (FGU), el conjunto de principios globales que definirán cómo cada Iglesia local diseña sus sistemas de salvaguardia. Se presentaron informes de proyectos piloto en Zimbabue, Tonga, Polonia y Costa Rica, cada uno proporcionando lecciones sobre cómo integrar las realidades pastorales, legales y culturales en un marco unificado. El borrador final de las Directrices, refinado a través de un proceso sinodal de consulta, será discutido con los departamentos vaticanos pertinentes antes de ser presentado al Papa León XIV.

Las deliberaciones también se centraron en el tema emergente conocido como "justicia conversacional", un enfoque que enfatiza el diálogo restaurativo y centrado en los sobrevivientes. Este enfoque se detallará en el próximo Segundo Informe Anual que se publicará el 16 de octubre y busca ir más allá de las respuestas burocráticas hacia formas de justicia que promuevan la sanación y la reforma institucional. El informe, disponible en cinco idiomas, destaca la justicia restaurativa como un imperativo teológico arraigado en la verdad, la reparación y la conversión.

También se compartió un adelanto del tercer informe anual, actualmente en borrador. Este pasará por una fase sinodal para ampliar el rango de datos y voces globales incluidas. Mientras tanto, la iniciativa "Memorare" continúa avanzando con 17 proyectos activos en las Américas, África y Asia.

Las palabras finales del Arzobispo Verny capturaron tanto la urgencia como la fragilidad del momento. Aunque reconoció el progreso reciente, advirtió contra la "fatiga de protección", es decir, asumir que las directrices publicadas o las oficinas por sí solas pueden prevenir futuros daños. "No somos inmunes simplemente porque existan estructuras", dijo. "Solo la vigilancia constante, la humildad y el aprendizaje mutuo pueden sostener esta misión".

La asamblea concluyó con una reunión entre los miembros de la Comisión y la Conferencia Episcopal Polaca, reafirmando el compromiso del organismo vaticano para apoyar a las Iglesias locales en implementar sistemas efectivos de salvaguardia.

Comentarios
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Juan Cabrera
1 hora hace
La inminente publicación del segundo informe de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores del Vaticano es fundamental, no solo por su contenido, sino por la necesidad de transformar la cultura institucional de la Iglesia. La protección de los vulnerables debe ser un compromiso activo, no solo un trámite. La justicia restaurativa y el aprendizaje desde el Sur Global ofrecen una oportunidad para fortalecer a las comunidades católicas, pero exigen un esfuerzo constante que trascienda las directrices. La vigilancia, el diálogo sincero y la rendición de cuentas son cruciales para sanar heridas pasadas y prevenir futuras tragedias. La misión evangelizadora debe integrar estos aspectos para ser efectiva.
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