Grave profanación en la Basílica de San Pedro: el Papa León XIV reclama reparación inmediata

Grave profanación en la Basílica de San Pedro: el Papa León XIV reclama reparación inmediata

El Papa León XIV ha ordenado un rito penitencial inmediato en la Basílica de San Pedro tras un nuevo acto de profanación.

El pasado viernes 10 de octubre de 2025, la Basílica de San Pedro fue escenario de un incidente de extrema gravedad. Durante la celebración eucarística y mientras los fieles atravesaban la Puerta Santa, un individuo se subió al altar de la Confesión, bajo el baldaquino de Bernini, desnudándose completamente y tratando de realizar un acto de minción ante la mirada atónita de los presentes. Este acto no solo ofende el pudor, sino que constituye una grave profanación del lugar más sagrado de la cristiandad.

Este es el tercer incidente de este tipo que ocurre bajo la administración del cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de San Pedro y vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano. La serie de sacrilegios comenzó el 1 de junio de 2023, cuando un hombre de unos treinta años, desnudo y con la inscripción "Save children of Ukraina" en la espalda, se encaramó al altar mayor. Las imágenes de aquel suceso recorrieron el mundo, generando consternación e indignación. El 3 de junio siguiente, el arcipreste presidió un rito penitencial con los canónigos para reparar el ultraje, conforme al Ceremonial de los Obispos.

El 7 de febrero de 2025, otro individuo de origen rumano logró superar sin obstáculos los cordones de seguridad, derribando seis candelabros y dañando gravemente el altar. En esa ocasión, no se celebró ningún rito de reparación. Con el incidente del 10 de octubre de 2025, la situación parece haber alcanzado su límite. Tres profanaciones en dos años y medio: una secuencia sin precedentes en la historia reciente de la Basílica Vaticana, que pone en evidencia una gestión deficiente de la seguridad y la dignidad del lugar sagrado.

El Papa León XIV, al conocer la noticia y ver el vídeo del suceso publicado en el portal y redes sociales Silere non possum, expresó su consternación y amargura al cardenal Mauro Gambetti. El Pontífice solicitó que se celebre cuanto antes un rito penitencial y de reparación, conforme al derecho litúrgico, "para devolver la santidad al lugar y pedir perdón a Dios por la injuria cometida". El rito podría haberse celebrado ya el sábado 11 de octubre de 2025, pero el cardenal Mauro Gambetti decidió no proceder, sin que se conozcan los motivos. Solo tras la intervención del Papa León XIV, quien insistió en que la reparación se realizara sin más demoras, se comenzó a planificar la celebración. No obstante, dado que el Ceremonial de los Obispos establece que este rito debe tener lugar en día laborable, el Pontífice dispuso que se lleve a cabo lo antes posible, en el primer día laborable disponible, conforme a las normas litúrgicas.

El Ceremonial de los Obispos, en su número 1070, es explícito: "Una iglesia se considera profanada si en ella se realizan, con escándalo de los fieles, acciones gravemente injuriosas que, a juicio del ordinario del lugar, son tan graves y contrarias a la santidad del lugar que no es lícito ejercer en ella el culto hasta que la injuria no sea reparada con un rito penitencial". El texto explica que una iglesia gravemente profanada no puede ser utilizada para el culto hasta que no se lleve a cabo un rito de reconciliación, un acto solemne que corresponde al obispo diocesano o, en el caso de la Basílica Vaticana, a su arcipreste como vicario del Papa.

El rito de reparación de una iglesia profanada representa una forma solemne y pública dentro del ámbito litúrgico católico. Cuando ocurren acciones "gravemente injuriosas", como ofensas a los sagrados misterios o gestos blasfemos dentro del templo sagrado —acciones contrarias a su dignidad— este pierde su idoneidad para el culto hasta ser reconciliado mediante un rito penitencial. Según establece el Ceremonial —y para expresar así toda participación eclesial local— debe ser presidido por el obispo diocesano; normalmente unido también junto con celebración eucarística comenzando desde procesión penitencial.

Comentarios
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Azucena Herranz
2 horas hace
Las profanaciones en la Basílica de San Pedro exigen una reflexión sobre la seguridad y el respeto hacia los espacios sagrados. La respuesta del Papa León XIV, al proponer un rito penitencial, subraya la necesidad de reparar el daño material y el sufrimiento de los fieles. La indiferencia ante estos actos revela una desconexión con el respeto que merecen los lugares de culto. Es fundamental que la comunidad, tanto laicos como pastores, colabore para prevenir estas ofensas.
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Ainhoa Arce
2 horas hace
Es inaceptable que la Basílica de San Pedro, centro de nuestra fe, sufra profanaciones. La Iglesia debe actuar con celeridad y ser un modelo de inclusión y amor. El rito penitencial debe ser un gesto de reparación y un llamado al diálogo, donde todos, incluso los que erran, sean bienvenidos a la conversión. Solo así se podrá restaurar la santidad de este lugar y sanar las heridas en nuestra comunidad.
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Mario Montero
2 horas hace
La Basílica de San Pedro ha sufrido profanaciones reiteradas, y la reacción del clero resulta preocupante. La inacción del cardenal Mauro Gambetti, antes de la intervención del Papa León XIV, cuestiona el respeto que merece este lugar sagrado. Ignorar un rito de reparación no solo desmerece su dignidad, sino que también muestra una falta de compromiso con su santidad. El Ceremonial de los Obispos establece que la profanación requiere una respuesta inmediata y solemne para restaurar la sacralidad del templo.
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