El Papa León XIV ha dirigido un mensaje a sacerdotes, religiosos y seminaristas latinoamericanos en el Vaticano, animándoles a vivir con valentía y a mantener una profunda unión con Dios.
El Papa León XIV envió un mensaje a sacerdotes, religiosos y seminaristas latinoamericanos residentes en Roma, reunidos en el Vaticano para una conferencia dedicada a la Virgen María. En su comunicación, el Pontífice pidió cultivar un vínculo profundo con Dios, comparable a una unión esponsal, y animó a vivir con valentía, conservando en el corazón las maravillas que el Señor ha realizado en cada persona.
El Sumo Pontífice subrayó la importancia de no aferrarse ni a los aplausos efímeros ni a los recuerdos amargos. En cambio, invitó a vivir como Cristo, con claridad interior y atentos a su voz. En su reflexión, el Papa León XIV destacó el llamado de Jesús a sus discípulos como una iniciativa divina que ofrece la oportunidad de llevar el mensaje evangélico a pecadores y débiles, convirtiéndolos en instrumentos del plan de salvación de Dios. Precisó que dejarlo todo no implica eludir los deberes naturales, sino abrir los ojos a una Vida Nueva donde nada debe anteponerse al Señor. Esta unión con Él se traduce en comunión con los demás, formando parte de un pueblo adquirido por Dios. Recordó asimismo el “sígueme” de Jesús dirigido a Pedro, enseñando así la confianza necesaria para escuchar su voz en medio de las dificultades.
El Papa León XIV reconoció la fragilidad humana y el egoísmo que dificultan el seguimiento de Cristo. En una sociedad confusa y ruidosa, reclamó proclamar el primado absoluto de Cristo y mantener su voz clara en el corazón. La comprensión de la Ley divina surge, según indicó, de la lectura atenta de las Escrituras, la oración profunda y el estudio constante de la sabiduría transmitida por la Iglesia.
Por último, el Santo Padre invitó a vivir conforme al ejemplo de Cristo más allá de las alegrías o dificultades cotidianas, sin apegarse ni al aplauso ni al recuerdo de las crisis personales. Animó a adherirse al deseo divino con un compromiso semejante al matrimonial y confió este camino espiritual bajo la protección maternal de la Virgen de Guadalupe. De este modo llamó a responder con coraje al llamado divino y anunciar la alegría que brota del encuentro con Cristo.
