El Pontífice reafirmó su postura contra el antisemitismo y abogó por la paz en Oriente Medio durante una conversación con el presidente israelí, destacando la necesidad de ayuda humanitaria en Gaza.
El Papa León XIV mantuvo una conversación telefónica con el presidente israelí, Isaac Herzog, poco antes de las festividades de Navidad y Janucá. En ese diálogo, el Pontífice reiteró su condena a toda forma de antisemitismo, postura que ya había expresado tras el atentado ocurrido en Sídney contra la comunidad judía. Asimismo, subrayó la urgencia de perseverar en los procesos de paz en Oriente Medio y de reforzar los esfuerzos humanitarios, especialmente en Gaza, donde las condiciones adversas continúan afectando gravemente a la población.
El ataque en Sídney tuvo lugar durante la celebración del "Festival de las Luces" en Bondi Beach y causó la muerte de quince personas, entre ellas una niña de diez años, además de dejar cuarenta heridos. Dos hombres armados perpetraron el atentado; uno de ellos falleció a manos de la policía. El Papa calificó este acto como una violencia sin sentido y envió un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin al arzobispo Anthony Fisher, expresando su cercanía espiritual a las víctimas y solicitando a quienes se sientan tentados por la violencia que reconsideren sus acciones.
