Monseñor Argüello interpela a los católicos sobre la vivienda: “¿Estaríamos dispuestos a aceptar una renta menor?”

Monseñor Argüello interpela a los católicos sobre la vivienda: “¿Estaríamos dispuestos a aceptar una renta menor?”

En su carta del Corpus Christi, el arzobispo de Valladolid vincula la celebración eucarística con decisiones concretas en el mercado inmobiliario.

 En su carta pastoral con motivo del Corpus Christi, el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha hecho un llamamiento directo a los católicos para vivir la Eucaristía no solo en el templo, sino también en sus decisiones cotidianas, especialmente en lo que respecta al problema del acceso a la vivienda.

“Es el amor concreto de Jesús, es su Cuerpo entregado el que ha de acompañar nuestra vida ordinaria en los diversos asuntos que se nos plantean”, afirma el prelado, al tiempo que subraya que la procesión del Corpus Christi expresa cómo “la Eucaristía que celebramos ha de salir a la calle”.

Tras haber mantenido diversos encuentros pastorales y haber participado en la Asamblea de Cáritas Diocesana, monseñor Argüello asegura que “ha aparecido con fuerza el problema de la vivienda en nuestras sociedades, también entre nosotros, en Valladolid”, y enumera las dificultades concretas que sufren muchas familias: “graves dificultades para poder acceder a la vivienda o para poder pagar una hipoteca o una renta y que ese gasto les permita, en el resto de los aspectos, desarrollar dignamente la vida familiar”.

Aunque reconoce la dimensión política y económica del problema —como la regulación del suelo, la construcción, los impuestos o las viviendas de protección oficial—, dirige su mirada pastoral hacia la conciencia y la acción de los fieles laicos, especialmente aquellos con propiedades: “¿Qué podemos hacer, sobre todo aquellos que tengan más de una vivienda, aquellos que sacan al mercado de manera legítima una vivienda para obtener una rentabilidad de un dinero que han invertido?”

Te puede interesar

Frente a la lógica del mercado, el arzobispo Argüello propone otro enfoque nacido de la comunión eucarística: “Si la ponemos en el mercado, ¿estaríamos dispuestos a aceptar, quizás, un nivel de renta menor que suponga sí una justa retribución a un dinero invertido, pero que no se someta a las reglas coyunturales de un mercado?”

Para monseñor Luis Argüello, “estas [reglas del mercado] nos pueden dar una oportunidad de ganancia, pero suponen para otros una barrera casi imposible para poder llevar una vida digna, poder constituir incluso una familia que se abre a la vida y ser familia numerosa.”

Evitar una "doble vida"

Argüello denuncia también una “aceptación de una suerte de doble vida”, en la que los católicos separarían lo que viven en la liturgia y en la vida interior de lo que practican en la vida económica o social. A este respecto cita al Papa Francisco en Dilexit nos, donde se habla de una “alienación social”, y a San Juan Pablo II.

Frente a esta disociación, el presidente de la CEE reclama una unidad de vida: “Hemos de caer en la cuenta de que somos católicos y la catolicidad supone poner en relación unas cosas y otras, las que afectan al templo, las que afectan a la calle, las que afectan a la vida interior y las que afectan a nuestras decisiones en la producción, en el consumo, decisiones que unas pueden ser relacionales, que otras son económicas, que otras son políticas.”

El arzobispo vallisoletano concluye su reflexión con una exhortación: “Proclamar en todos los aspectos de nuestra existencia que es la hora del amor. Y el amor también se manifiesta en estas decisiones que, además, tienen repercusiones para otros que pudieran organizar mejor su existencia.”

Y añade que la comunión eucarística debe proyectarse en una “comunión de vida, de bienes y de misión” que permita mostrar la cercanía de la Iglesia a los problemas sociales, también desde acciones personales y decisiones políticas. En este sentido, afirma que no se puede “dejar de lado nuestra propia responsabilidad para actuar de forma directa, en este caso, en el arrendamiento de la vivienda”.

Comentarios
0
Martí Soriano
2 meses hace
Reflexionar sobre la vivienda desde la fe nos invita a practicar el amor y la justicia en lo cotidiano, más allá de los beneficios económicos. La comunión también se construye en decisiones que dignifican vidas, no solo en la iglesia.
Like Me gusta Citar
0
Lázaro Blázquez
2 meses hace
¿Hasta cuándo los líderes religiosos seguirán mezclando fe y economía? La verdadera ayuda está en acciones concretas, no en cuestionar rentas o propiedades. La Iglesia debe predicar con el ejemplo, no con exhortaciones vagas.
Like Me gusta Citar
0
Braulio Delgado
3 meses hace
Hablar de limitar rentas para ser más justos suena bonito, pero simplifica mucho la economía y las decisiones personales. La caridad no puede sustituir las reglas del mercado. La fe no debe desdibujarse en propuestas populistas.
Like Me gusta Citar
0
Sofía Cuenca
3 meses hace
La verdadera caridad cristiana implica coherencia: no podemos separar la fe de nuestras acciones económicas. La vivienda digna es un derecho, no un negocio para maximizar ganancias. La solidaridad debe guiar nuestras decisiones, no solo la rentabilidad.
Like Me gusta Citar
0
Jimena Robles
3 meses hace
Hablar de reducir rentas para ayudar a los necesitados suena bonito, pero simplifica mucho la realidad del mercado y la inversión. La fe debe impulsar acciones concretas, pero sin caer en ideas que poco resisten un análisis económico.
Like Me gusta Citar
Escribir un comentario

Enviar

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.

Hasta luego