"La Iglesia quiere conocer la verdad", ha dicho el presidente de la Conferencia Episcopal y por eso El Vaticano ha abierto una investigación por un presunto caso de pederastia ocurrido hace casi 30 años.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, reclamó este lunes preservar la presunción de inocencia del obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, tras conocerse que la Santa Sede ha encargado una investigación canónica sobre un supuesto caso de abusos sexuales ocurrido hace cerca de tres décadas. En declaraciones a los medios en Las Palmas de Gran Canaria, donde intervino como conferenciante, Argüello señaló que la Iglesia “quiere conocer la verdad” y que la apertura del procedimiento responde al compromiso eclesial por esclarecer hechos que, aunque prescritos para la justicia civil, mantienen relevancia moral para la Iglesia Católica.
“Me alegra poder decir que la normativa que tiene la Iglesia y los pasos dados en los últimos años, tanto en la Santa Sede como en España, permiten que ante unos hechos ocurridos hace 25 o 30 años y prescritos en la jurisdicción civil, la Iglesia abra un procedimiento porque quiere conocer la verdad y acercarse al dolor de uno y otro, al dolor de una posible víctima y al dolor, en este caso, de un obispo al que se le pudiera haber acusado falsamente. Queremos conocer la verdad”, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal. Con ello reivindicó el equilibrio que busca mantener entre atender a quienes manifiestan haber sufrido abusos y garantizar las protecciones debidas a quien es señalado. Argüello insistió en que la presunción de inocencia es un principio esencial no solo para la Iglesia sino para cualquier sistema democrático. “Hay que contar con la presunción de inocencia, que es una base de nuestro propio sistema jurídico, civil y social”, recordó, enfatizando que abrir una investigación canónica no implica juicio previo sobre la culpabilidad del obispo, sino aplicar el protocolo establecido para estos casos.
Asimismo, destacó que las instituciones eclesiásticas tienen responsabilidad en cooperar para esclarecer los hechos. Subrayó que el objetivo es triple: aclarar lo sucedido, reparar a la víctima si se confirma el abuso y acompañar a todas las personas implicadas o afectadas. “La Iglesia quiere acercarse al dolor de uno y otro, un dolor provocado tanto por los indicios verosímiles de denuncia como por el sufrimiento derivado de una presunción de inocencia que puede verse dañada”, reiteró. Añadió que un proceso así genera sufrimiento tanto cuando parece verosímil como cuando pone en entredicho la reputación del denunciado durante su desarrollo.
Las declaraciones del presidente episcopal coincidieron con el anuncio público sobre el inicio del procedimiento canónico contra el obispo Zornoza. Aunque los hechos denunciados datan casi treinta años atrás y están prescritos penalmente, el Vaticano consideró oportuno activar su mecanismo interno para evaluar la credibilidad de las acusaciones y adoptar las medidas correspondientes si procede.
En las diócesis de Cádiz y Ceuta, el anuncio suscitó expectación y preocupación entre los fieles. El obispado emitió un comunicado oficial donde expresa su posición ante las acusaciones y detalla las acciones emprendidas desde que recibió la denuncia. Según esta nota, las imputaciones contra el obispo Zornoza son “muy graves”, pero también “falsas”. Además, confirma que el caso está actualmente en manos del tribunal de la Rota Romana, órgano competente para estos asuntos.
