La ceremonia, presidida por el Cardenal José Cobo, busca reconocer la generosidad de los padres de sacerdotes y subraya la importancia del apoyo familiar en la vocación sacerdotal.
Pilar Turbidí, madre de tres hijos, dos de los cuales son sacerdotes, comparte la experiencia emocional que vivió al dejar a su hijo en el seminario. Aunque ella y su esposo se sienten afortunados por la vocación de sus hijos, reconocen que implica una renuncia para los padres. En reconocimiento a la generosidad de matrimonios como el suyo, la Catedral de la Almudena celebrará una Misa por el Jubileo de los Padres y Madres de Sacerdotes, presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Juan Carlos Merino, vicario para el Clero de la archidiócesis de Madrid, destaca que esta iniciativa surgió de los curas jóvenes y ha sido acogida con cariño por el cardenal.
Eugenio Pérez, padre de dos sacerdotes, relata cómo su hijo Eugenio descubrió su vocación a los 19 años y, tras compartirlo con sus padres, recibió su respaldo. Este apoyo familiar es valorado por Eugenio, quien reconoce que muchos sacerdotes no cuentan con él y sufren por ello. El Jubileo es visto como una oportunidad para reconocer la importancia de la familia en el desarrollo de cualquier vocación.
Juan Ignacio Lamata y Teresa Molina, padres de dos sacerdotes, comparten su experiencia. Juan Ignacio subraya que es el Señor quien obra, mientras que Teresa reconoce la dificultad de la separación que implica la vocación de un hijo, aunque confía en que es lo que Dios quiere para ellos. Por otro lado, Pablo Vidal, sacerdote, narra cómo comunicó su decisión de entrar al seminario a sus padres, quienes inicialmente se sorprendieron pero luego comprendieron y apoyaron su vocación.
Aurea González, madre de Pablo, admite que al principio no le agradó la noticia ya que su hijo estaba a punto de terminar la carrera. Sin embargo, decidió apoyarlo tras comprender sus motivos. La familia Vidal destaca la importancia de aceptar y acompañar las decisiones de los hijos, incluso cuando rompen con las expectativas iniciales. Jesús Vidal, padre de Pablo, enfatiza la necesidad de aceptar lo que los hijos quieren y acompañarlos en su camino.