El evento, que se celebrará en la Pontificia Universidad Gregoriana, analizará la influencia de Juan Pablo I en la paz y la prudencia, destacando su compromiso con la colaboración internacional y el progreso social.
El aniversario de la muerte de Juan Pablo I ha sido ocasión para reflexionar sobre su breve pero significativo pontificado. Albino Luciani, quien fue Papa durante solo 34 días en 1978, dejó un legado centrado en la paz y la virtud de la prudencia. La postuladora de su causa de canonización destaca cómo esta virtud, considerada la principal de las virtudes cardinales, fue un pilar en su vida y enseñanzas. Luciani, en sus escritos, la denominaba "Madre prudencia" y la consideraba esencial para el buen gobierno.
Stefania Falasca recuerda que Juan Pablo I tenía previsto abordar la prudencia en una Audiencia General, como parte de su programa de catequesis sobre las virtudes cristianas. Este enfoque se refleja en sus notas autógrafas y en su obra "Reflexiones sobre la prudencia cristiana", publicada en 1964. Luciani también había recibido un Doctorado honoris causa por su exposición sobre esta virtud, lo que subraya su importancia en su pensamiento.
En su breve pontificado, Juan Pablo I mostró un compromiso constante con la paz. En una carta al presidente estadounidense Jimmy Carter, expresó su respaldo a las conversaciones de paz para Medio Oriente, celebradas en Camp David en 1978. Este gesto refleja su deseo de promover la paz y la colaboración internacional, como lo había manifestado en su bendición Urbi et Orbi desde la Capilla Sixtina.
El legado de Juan Pablo I sigue siendo relevante hoy en día. Su último "Queremos", pronunciado en su programa pontificio, abogaba por la paz y la colaboración entre las naciones para erradicar la violencia y promover el progreso social. Este mensaje será el tema central de un próximo congreso del Comité Científico de la Fundación Vaticana Juan Pablo I, programado para 2026 en la Pontificia Universidad Gregoriana.