El arzobispo de Sevilla anima a iniciar el año con un impulso cristiano
José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, invita a los fieles a comenzar el año con un renovado impulso cristiano, en el marco del Año Jubilar que culminará el 28 de diciembre.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha publicado su carta de fin de año titulada ‘Año nuevo: remar mar adentro con esperanza’. En ella, ofrece una reflexión agradecida por el camino recorrido y anima a los fieles de la Archidiócesis hispalense a iniciar el nuevo año con un “renovado impulso cristiano”. El mensaje se sitúa en el contexto del Año Jubilar, que se clausurará en la diócesis el próximo domingo, 28 de diciembre, con una Eucaristía en la Catedral.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAMonseñor Saiz recuerda la apertura del Jubileo el 29 de diciembre de 2024 en la Catedral de Sevilla, siguiendo la convocatoria del Papa Francisco en la bula Spes non confundit. Desde entonces, la Iglesia diocesana ha caminado como “peregrinos de esperanza”. En su balance del Año Santo, destaca las numerosas peregrinaciones a los doce lugares sagrados jubilares de la diócesis, donde muchos fieles han renovado su vida cristiana.
El arzobispo agradece la labor de sacerdotes, voluntarios y colaboradores, signo de “una Iglesia viva, servidora y en salida”. También mira al horizonte de la Iglesia universal, recordando que el Jubileo ordinario concluirá con el cierre de la Puerta Santa en Roma el 6 de enero de 2026. Esta fecha recuerda que Cristo es la luz destinada a todos los pueblos y que la esperanza cristiana no conoce fronteras.
Entre los momentos más significativos del año, el arzobispo menciona las peregrinaciones diocesanas a Roma, vividas en comunión con el papa Francisco y el papa León XIV. Constata con esperanza que “la Iglesia sigue despertando en las almas”, percibiendo signos de un renovado interés por la fe cristiana. Cita a Romano Guardini sobre el inicio de “un proceso religioso de incalculable magnitud”.
De cara al nuevo año, el arzobispo exhorta a no perder los frutos del Jubileo y a pasar “de peregrinos a apóstoles”, alimentando la oración, la vida sacramental y el compromiso cristiano. Finalmente, retoma la llamada de san Juan Pablo II: ‘Duc in altum’, “rema mar adentro”, animando a la familia diocesana a avanzar sin miedo y a traducir los buenos deseos en gestos concretos de cuidado, atención y compromiso.
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