Las Hijas de la Caridad canossianas han establecido un centro de formación en Arusha para ofrecer educación y formación profesional a jóvenes masái, enfrentando prácticas culturales perjudiciales como la mutilación genital y los matrimonios forzados.
Las Hijas de la Caridad canossianas están llevando a cabo una misión en la región de Arusha, Tanzania, para ayudar a las jóvenes masái a superar prácticas culturales perjudiciales. En esta área, las chicas suelen ser sometidas a la mutilación genital femenina y matrimonios forzados a edades tempranas, lo que les priva de educación y libertad. Las hermanas canossianas, fundadas en 1808 por santa Magdalena de Canossa, han establecido el Centro de Formación Santa Magdalena, dirigido por la hermana Levina Mzebele, para ofrecer formación profesional a chicas de 12 a 30 años, ayudándolas a alcanzar la independencia económica.
Theresia Mnyampanda es un ejemplo de éxito gracias a la intervención de las hermanas canossianas. Antes vivía en extrema pobreza, pero ahora dirige un próspero negocio de sastrería y emplea a varias mujeres jóvenes. Theresia agradece a las hermanas por su transformación personal y profesional, destacando la importancia de la disciplina y el esfuerzo. Además, ha contribuido al bienestar de su familia y comunidad, enseñando habilidades de costura a otras chicas desfavorecidas.
A pesar de los logros, persisten desafíos como la falta de alojamiento seguro para las chicas que asisten al centro. La hermana Levina ha señalado que muchas jóvenes deben recorrer largas distancias, exponiéndose a riesgos. Para abordar esta situación, las hermanas canossianas planean construir un albergue y expandir el centro de formación. La misión de las hermanas va más allá de la caridad, buscando empoderar a las mujeres para que transformen sus vidas y comunidades, desafiando normas culturales opresivas y creando un legado de emancipación.