El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, concluyó su visita a Mozambique tras seis días, destacando la necesidad de pacificación en un país afectado por la violencia y la pobreza extrema.
La situación en el norte de Mozambique se ha agravado por una nueva escalada de violencia en las provincias de Cabo Delgado y Nampula. Desde hace ocho años, estas regiones soportan un conflicto no resuelto provocado por una insurrección islamista. Según informes de la ONU, más de 100.000 personas han sido desplazadas recientemente, lo que ha intensificado la emergencia humanitaria en la zona.
El viaje del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, se prolongó durante seis días, abarcando desde la capital, Maputo, hasta la ciudad de Pemba. Durante su estancia, reclamó con firmeza la pacificación del país que, pese a su riqueza en gas natural y rubíes, figura entre los últimos veinte países en el Índice de Desarrollo Humano elaborado por Naciones Unidas. Además, cerca de dos tercios de sus 33 millones de habitantes viven bajo el umbral de pobreza.
