El obispo Raimo Ramón Goyarrola comparte cómo se celebra el nacimiento de Cristo en el corazón del invierno nórdico
La Navidad en Finlandia se vive de una manera sobria y profunda, marcada por el silencio, la naturaleza y la vida familiar. En un país donde el invierno impone su ritmo y la luz escasea, las celebraciones navideñas se convierten en un tiempo de recogimiento, cercanía y fe vivida con sencillez.
El obispo de Finlandia, Don Raimo Ramón Goyarrola, ha querido compartir en exclusiva con Iglesia Noticias cómo se celebra la Navidad en su país, ofreciendo un valioso testimonio de una tradición que pone en el centro la Nochebuena, la vida familiar y el sentido espiritual del nacimiento de Cristo. A través de sus palabras, nos acerca a una Navidad alejada del ruido y del consumo, pero llena de significado, símbolos y costumbres profundamente arraigadas.
A continuación, reproducimos íntegramente el texto que nos ha hecho llegar:
En Finlandia, la Navidad se vive con calma, calidez y un profundo sentido de tradición. Aunque fuera el frío aprieta y la nieve cubre el paisaje, por dentro todo se llena de luz, silencio y cercanía. Para nosotros, la Nochebuena es el verdadero corazón de la Navidad: es cuando realmente se celebra.
El día comienza despacio y con cierta solemnidad. Muchas familias acuden al servicio litúrgico en la iglesia, un momento sereno para recogerse, cantar villancicos y recordar el sentido profundo de estas fiestas. En algunas casas, ya de regreso, se mantiene la bonita costumbre de leer el Evangelio del nacimiento de Jesús, creando un ambiente íntimo y lleno de significado.
Al caer la tarde, la familia se reúne, a menudo en una casita de madera junto a un lago, rodeada de bosque y silencio. Allí se prepara con cariño la cena de Nochebuena, abundante y tradicional. En la mesa no suele faltar el jamón navideño al horno (joulukinkku), acompañado de guarniciones clásicas como el puré de patatas, los gratines de zanahoria, nabo o patata, el arenque marinado, el salmón, el pan de centeno y, por supuesto, los sabores dulces del pan de Navidad, las galletas de jengibre y el glögi, nuestro vino caliente especiado.
Antes o después de la cena llega uno de los momentos más esperados: la joulusauna, la sauna de Navidad. Es un ritual casi sagrado, tranquilo y respetuoso, que simboliza limpieza, paz y preparación para la fiesta. Tras la sauna, con el cuerpo relajado y el espíritu en calma, todo sabe y se siente mejor.
Ya entrada la noche, cuando las velas iluminan la casa y el exterior permanece en silencio, llega el momento de repartir los regalos. No suele haber prisas ni excesos: lo importante es estar juntos, compartir, reír y disfrutar de la compañía.
Así es la Navidad en Finlandia: sencilla, cálida y profundamente familiar. Una celebración donde el silencio, la naturaleza, la fe y el tiempo compartido se convierten en los regalos más valiosos.
Una Iglesia pequeña que necesita apoyo
La Iglesia Católica en Finlandia es una Iglesia minoritaria y necesitada, que desarrolla su misión en un contexto profundamente secularizado y con fieles dispersos en un territorio muy extenso. Para poder crecer, sostener su labor pastoral y seguir anunciando el Evangelio, necesita del apoyo y la solidaridad de los católicos de otros países.
Por este motivo, compartimos el enlace a la diócesis de Finlandia para todas aquellas personas que deseen colaborar y apoyar a esta Iglesia que, aun siendo pequeña, está llena de vida y esperanza.
