El obispo Michael F. Burbidge anima a los católicos a renovar su compromiso con la protección de la vida humana, especialmente ante la amenaza de una enmienda constitucional pro-aborto en Virginia.
En el contexto del inicio del Mes del Respeto a la Vida, el obispo Michael F. Burbidge de la Diócesis de Arlington ha hecho un llamamiento a los fieles de Virginia para que se unan en oración, testimonio y acción contra el aborto y se opongan a una propuesta legislativa que busca consagrar este derecho en la constitución estatal. Cada octubre, este mes se observa como un momento para renovar el compromiso de proteger y valorar el don de la vida humana en todas sus etapas y circunstancias.
El Mes del Respeto a la Vida representa un testimonio nacional distintivo del derecho humano fundamental a la vida y la dignidad humana. Es una ocasión para poner en práctica el Evangelio de la Vida en todos los aspectos de nuestra existencia. Según el Papa León XIV, debemos "seguir trabajando por un mundo donde el poder esté domado por la conciencia y la ley esté al servicio de la dignidad humana", rechazando la mentalidad peligrosa y autodestructiva que afirma que nada cambiará jamás.
El obispo Burbidge subraya la importancia de crear una cultura de vida a través de la oración, el acompañamiento de madres necesitadas, el respaldo a centros de recursos para el embarazo y la defensa inquebrantable de leyes que promuevan y salvaguarden la dignidad de cada persona como hijo de Dios. La Iglesia, añade, debe ser siempre un faro de esperanza, guiando a quienes sufren por su participación en el aborto hacia la misericordia de Jesús. Programas como el Proyecto Raquel ofrecen cuidado post-aborto confidencial y sin juicios, mientras que el Proyecto Gabriel y la Clínica Madre de la Misericordia de Caridades Católicas brindan asistencia compasiva y apoyo práctico a mujeres y familias ante embarazos no planificados.
Este año, el Mes del Respeto a la Vida se celebra bajo la sombra de una grave amenaza en Virginia: una enmienda propuesta que busca consagrar el aborto en la constitución del estado. Aunque aún no se ha sometido a votación, el resultado de las elecciones de otoño determinará si avanza o se detiene. De aprobarse, esta enmienda establecería un supuesto derecho al aborto durante los nueve meses de embarazo sin restricciones de edad.
Actualmente, la ley de Virginia, aunque permisiva, incluye algunas protecciones modestas como el consentimiento parental, la prohibición del aborto por nacimiento parcial, la no obligatoriedad de participación en abortos para individuos e instituciones de salud, y la limitación de fondos públicos para el aborto. La enmienda propuesta podría imposibilitar la aprobación de leyes protectoras similares en el futuro, poniendo en grave riesgo las pocas protecciones existentes.
El obispo Burbidge enfatiza que los padres tienen el derecho sagrado de involucrarse en las decisiones más serias que enfrentan sus hijas y que nadie debería ser obligado a participar o financiar un aborto. La libertad religiosa es fundamental para Virginia y el país, y la vida de las mujeres vulnerables y sus hijos no nacidos es sagrada y debe ser acogida y protegida.
Como católicos, no podemos permanecer en silencio cuando estos principios fundamentales y la vida misma están en juego. Nuestra fe nos obliga a defender la vida con firmeza, en oración y testimonio, así como en defensa y acción. Debemos educarnos y educar a otros sobre el impacto devastador que tendría esta enmienda si se convirtiera en ley. Debemos hablar con claridad y compasión en el ámbito público, recordando a nuestros legisladores y vecinos que la verdadera justicia se mide por cómo tratamos a los más indefensos entre nosotros. Afortunadamente, podemos equiparnos para una defensa compasiva e informada a través del Centro de Recursos Electorales 2025 de la Conferencia Católica de Virginia.
El obispo Burbidge anima a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración, testimonio y acción. Como enfatizó en una carta preelectoral emitida conjuntamente con el obispo