Camino sinodal alemán: ¿Apoteosis o final letal en 2026?
Camino sinodal alemán: ¿Apoteosis o final letal en 2026?

A pesar de haber concluido oficialmente hace dos años, el camino sinodal alemán está a punto de entrar en un periodo crucial.

El proyecto del camino sinodal alemán se encuentra en vísperas de una fase decisiva. Aunque formalmente finalizó en 2023, el destino de sus numerosas resoluciones, especialmente la creación de un órgano sinodal permanente, está por decidirse. Este proceso, que comenzó en 2019 como respuesta a una crisis de abusos, ha reunido a la Conferencia Episcopal Alemana y al Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) en un esfuerzo por abordar cuestiones críticas dentro de la Iglesia.

El camino sinodal, que no es un sínodo en términos del derecho canónico, ha sido un proyecto único con un estatus ambiguo. Sus defensores han sostenido que sus resoluciones serían vinculantes para las diócesis alemanas, aunque el Vaticano ha insistido en que no tiene tal autoridad. Entre las resoluciones adoptadas se incluyen propuestas para el diaconado femenino, la revisión del celibato sacerdotal, la predicación laica en las misas, un papel más amplio de los laicos en la elección de obispos y una revisión del Catecismo en lo referente a la homosexualidad.

Una de las resoluciones más significativas fue la creación de un "comité sinodal" temporal, encargado de supervisar la implementación de las resoluciones y preparar el camino para un "consejo sinodal" permanente para marzo de 2026. Este órgano permanente, compuesto por obispos y laicos, sustituiría a la Conferencia Conjunta existente desde 1976. Según la resolución aprobada en 2022, el consejo sinodal tomaría decisiones fundamentales de importancia supradiocesana en planificación pastoral, perspectivas futuras de la Iglesia y asuntos financieros.

El camino sinodal ha provocado una serie de intervenciones vaticanas, culminando en un compromiso de los obispos alemanes en 2024 para desarrollar la iniciativa conforme a la eclesiología del Concilio Vaticano II y el derecho canónico, sometiéndola posteriormente a la aprobación de la Santa Sede. A medida que se acerca la fecha límite de marzo de 2026 para la creación del órgano permanente, las tensiones aumentan, especialmente ante la falta de compromiso de algunos obispos con el proyecto.

La reunión de enero de 2026 en Stuttgart, anunciada como la última asamblea plenaria del camino sinodal, ofrecerá una oportunidad para evaluar los logros y fracasos del proyecto. Si el Vaticano aprueba la creación de un órgano sinodal permanente con poderes sustanciales, el camino sinodal podría convertirse en una característica duradera del catolicismo alemán. Sin embargo, existe la posibilidad de que el Vaticano insista en que el nuevo órgano tenga poderes limitados, o que la Conferencia Conjunta sea mejorada para asumir nuevas responsabilidades.

La historia de la Iglesia es impredecible, y el camino sinodal podría seguir el ejemplo del Sínodo de Würzburg de los años 70, que, aunque olvidado, sentó las bases para futuras iniciativas. Al concluir la reunión de enero, los participantes del camino sinodal podrían adoptar la frase del Sínodo de Würzburg: "El camino sinodal termina – el camino sinodal comienza".

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