Maduro acusa al cardenal Baltazar Porras de conspirar contra la canonización de José Gregorio Hernández

Maduro acusa al cardenal Baltazar Porras de conspirar contra la canonización de José Gregorio Hernández

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado al cardenal Baltazar Porras de conspirar contra la canonización de José Gregorio Hernández, el primer santo varón de Venezuela.

En una reciente intervención televisiva, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, señaló directamente al cardenal Baltazar Porras como uno de los principales opositores a la canonización de José Gregorio Hernández, conocido como el "médico de los pobres". Maduro afirmó que "hubo muchas personas que conspiraron desde los más altos niveles de la Curia contra José Gregorio", mencionando explícitamente al cardenal Porras como alguien que "dedicó su vida a conspirar" para evitar que Hernández fuera declarado santo. Sin embargo, según el mandatario, Porras habría sido derrotado "por Dios, por el pueblo" y, a pesar de sus supuestos esfuerzos, José Gregorio Hernández fue canonizado el pasado 19 de octubre por el Papa León XIV en una ceremonia en el Vaticano, a la cual Maduro no asistió.

Fuentes cercanas al cardenal Porras, consultadas por ACI Prensa, la agencia de noticias en español de CNA, han indicado que el cardenal no responderá a las acusaciones del presidente venezolano. La canonización de Hernández se llevó a cabo junto a la de la monja venezolana Carmen Rendiles y otros cinco beatos, en un evento que fue descrito por Porras como un "momento histórico" para Venezuela.

El presidente Maduro enfrenta acusaciones tanto nacionales como internacionales de fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2024, donde habría sido reelegido para un tercer mandato de seis años. Además, el gobierno de los Estados Unidos lo acusa de dirigir una organización criminal conocida como el Cartel de los Soles, involucrada en actividades de narcotráfico y terrorismo. El Departamento de Estado de EE.UU. ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su arresto o condena, la mayor recompensa ofrecida en la historia del país para la captura de un criminal.

El ataque verbal de Maduro contra el arzobispo emérito de Caracas se enmarca en una serie de abusos y amenazas del gobierno socialista contra la Iglesia Católica en Venezuela, una práctica que parece intensificarse con la canonización de los primeros santos del país. La reacción del líder socialista se produce después de que Porras pidiera la liberación de todos los presos políticos en Venezuela, que actualmente superan los 800, según la organización Foro Penal. En un evento en la Universidad Pontificia Lateranense en Roma, Porras denunció la situación moralmente inaceptable en Venezuela, caracterizada por la falta de libertades civiles, el aumento de la pobreza y la corrupción.

Durante el mismo evento, el periodista venezolano en el Vaticano, Edgar Beltrán, fue agredido por el empresario Ricardo Cisneros, miembro de la delegación gubernamental venezolana, cuando intentaba entrevistar al sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, el arzobispo Edgar Robinson Peña Parra. La entrevista fue interrumpida bruscamente cuando se le preguntó al prelado sobre la "aparente politización" de las canonizaciones por parte del gobierno venezolano, según informó el medio católico The Pillar.

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, celebró una misa de acción de gracias el 20 de octubre por la canonización de los primeros santos venezolanos. Durante esta celebración también denunció la existencia de "encarcelamientos injustos" y "opresión" en Venezuela. Poco antes del evento litúrgico principal, Porras expresó su "profunda alegría" y agradeció a Dios por permitirle compartir ese momento con todos los venezolanos.

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Diana Pérez
Ayer
La acusación de Nicolás Maduro contra el cardenal Baltazar Porras evidencia un preocupante patrón en la historia de la Iglesia, donde el poder político busca desacreditar a sus críticos a través de la fe. Este enfrentamiento recuerda épocas de persecución eclesiástica, cuando la Iglesia debía equilibrar su fidelidad al evangelio con las demandas de regímenes autoritarios. Al atacar a Porras, Maduro no solo menoscaba a un líder religioso, sino que también debilita el mensaje de esperanza y justicia que encarna la canonización de José Gregorio Hernández, un médico venerado que simboliza la lucha contra la pobreza y la opresión en un país en crisis.
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