En un explosivo análisis publicado por The Remnant Newspaper, el corresponsal italiano Gaetano Masciullo denuncia una creciente tensión dentro del Vaticano, donde la Curia heredada del Papa Francisco sigue avanzando su agenda progresista, mientras que el nuevo pontífice, Leo XIV, intenta preservar la unidad e integridad doctrinal de la Iglesia.
Uno de los aspectos más preocupantes, según Masciullo, es el control ideológico del aparato comunicativo vaticano, estructurado en torno a la asociación AIGAV, que selecciona de forma cerrada a los periodistas con acceso privilegiado al Papa. Esta élite mediática, afín al legado de Francisco, sería responsable de promover una “ambigüedad orquestada” que busca proyectar una falsa continuidad entre ambos papados.
El artículo plantea que esta estrategia no solo condiciona la percepción del público, sino que también genera confusión entre los fieles y obstaculiza cualquier intento serio de reforma. Para Masciullo, si Leo XIV desea verdaderamente restaurar la cohesión eclesial, deberá enfrentar el desafío de desmontar este sistema de comunicación viciado, que va más allá del simple manejo informativo y toca cuestiones de justicia y fidelidad evangélica.
Una llamada directa —aunque sutil— a reformar no solo estructuras, sino narrativas internas profundamente arraigadas en el Vaticano actual.