La Iglesia Católica conmemora hoy a San Pío X, conocido como el "Papa de la Eucaristía", quien promovió la comunión diaria y facilitó el acceso de los niños a este sacramento.
El 21 de agosto de 2025, la Iglesia celebra a San Pío X, cuya contribución más destacada fue permitir que los niños recibieran la comunión una vez que comprendieran la presencia de Cristo en la hostia consagrada, animando además a los fieles a comulgar diariamente. Nacido como Giuseppe Sarto en 1835 en Riese, un pequeño pueblo de Venecia, Italia, sufrió la pérdida de su padre en su infancia, lo que le llevó a considerar abandonar sus estudios para ayudar a su madre. Sin embargo, ella le animó a continuar, y gracias a una beca, pudo ingresar en el seminario.
Tras su ordenación, Sarto desempeñó diversos cargos eclesiásticos: fue vicario, párroco, canónigo, obispo de Mantua y cardenal de Venecia, permaneciendo nueve años en cada posición. En 1903, tras la muerte del Papa León XIII, el cónclave se reunió para elegir a su sucesor. Aunque el cardenal Rampolla de Tíndaro era el favorito, un veto del emperador Francisco José de Austria inclinó la elección hacia Sarto, quien adoptó el nombre de Pío X.
Durante su pontificado, Pío X promulgó la constitución "Commissum nobis" para eliminar la interferencia de poderes civiles en las elecciones papales. En 1905, la ruptura de la "Concordata" de 1801 por parte del gobierno francés permitió a la Santa Sede nombrar directamente a los obispos franceses, sin intervención de las autoridades civiles. Su dedicación a la Eucaristía le valió el título de "Papa de la Eucaristía".
Además de su labor eclesiástica, Pío X fue un defensor de los oprimidos, denunciando, por ejemplo, los abusos cometidos contra los indígenas en las plantaciones de caucho en Perú. Era conocido por su humildad y cercanía, visitando cada domingo los patios y plazas del Vaticano para predicar el Evangelio. En una ocasión, durante una audiencia pública, un hombre le pidió que curara su brazo paralizado, a lo que el papa respondió con una sonrisa y un toque, tras lo cual el hombre se recuperó.
En 1914, Pío X profetizó el estallido de la Primera Guerra Mundial, expresando su disposición a dar la vida por sus "pobres hijos" en medio de la calamidad. Falleció poco después, el 20 de agosto de 1914, a causa de una bronquitis. En su testamento dejó escrito: "Nací pobre, viví en la pobreza y quiero morir pobre". Fue canonizado en 1954 por el Papa Pío XII, siendo el primer papa en ser elevado a los altares desde Pío V en 1672.