El Papa León XIV ha recibido a los participantes de una conferencia internacional en el Augustinianum, donde ha subrayado la necesidad de actuar ante la crisis migratoria que afecta a más de 100 millones de personas.
El Papa León XIV ha recibido a los participantes de la Conferencia Internacional "Refugiados y migrantes en nuestra casa común", celebrada en el Augustinianum. Durante el encuentro, el Pontífice ha hecho un llamamiento a la acción ante la emergencia de más de 100 millones de personas afectadas por la migración. Citando al Papa Francisco, ha pedido promover "una cultura de reconciliación" como respuesta a la "globalización de la impotencia", especialmente en regiones afectadas por conflictos.
El Pontífice ha advertido sobre el riesgo de la "globalización de la impotencia", una actitud que considera tan peligrosa como la "globalización de la indiferencia". Ha retomado una expresión del Papa Francisco para subrayar la necesidad de no resignarse ante el sufrimiento ajeno. En la conferencia, organizada por la Universidad de Villanova, se han reunido representantes de universidades, ONG y socios comunitarios para elaborar planes de acción que aborden las causas estructurales de los fenómenos migratorios.
El Papa León XIV ha expresado su agradecimiento a los organizadores y participantes de la conferencia, destacando un proyecto trienal centrado en "enseñanza, investigación, servicio y apoyo". Ha subrayado la importancia de reunir voces autorizadas para responder a los desafíos que plantea el creciente número de personas afectadas por la migración. Además, ha asegurado sus oraciones para que estos esfuerzos produzcan "nuevas ideas y enfoques", siempre poniendo la dignidad humana en el centro de cualquier solución.
El Obispo de Roma ha señalado la reconciliación y la esperanza como temas clave para los planes de acción. Ha recordado la advertencia de su predecesor sobre la "globalización de la indiferencia" y ha animado a promover una cultura de reconciliación. Ha enfatizado la necesidad de sanar heridas, perdonar y reconocer sueños y esperanzas compartidas, lo que requiere paciencia y disposición a escuchar.
El Papa ha animado a proponer modos concretos para promover políticas de reconciliación, especialmente en tierras con profundas heridas por conflictos prolongados. Ha reconocido la dificultad de esta tarea, pero ha subrayado que el éxito de los esfuerzos por un cambio duradero debe incluir formas de tocar corazones y mentes. Además, ha destacado que los migrantes y refugiados pueden ser testigos privilegiados de esperanza, conservando su fuerza en la búsqueda de un futuro mejor.