Córdoba ha sido el escenario de la primera interpretación conjunta en España de las obras sinfónicas de Kiko Argüello, un evento que reunió a miles de fieles del Camino Neocatecumenal en la emblemática Mezquita-Catedral.
El pasado domingo 19 de octubre, la Mezquita-Catedral de Córdoba fue testigo de un evento sin precedentes en el ámbito musical y religioso: la interpretación conjunta de las obras sinfónicas de Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal. La orquesta y el coro sinfónico de esta comunidad, creados por Argüello en 2010, se presentaron ante un templo abarrotado de fieles. Entre los asistentes se encontraban varios obispos, como el titular de Córdoba, Jesús Fernández, el emérito Demetrio Fernández, y el obispo emérito del Callao, José Luis del Palacio.
La ocasión coincidió con la conmemoración del 1100 aniversario del martirio de San Pelayo, una figura significativa en la tradición cristiana cordobesa. Durante el concierto, se interpretaron por primera vez en España las obras completas de Argüello: la sinfonía titulada El sufrimiento de los inocentes y el poema sinfónico El Mesías. El evento congregó a unos 5000 hermanos del Camino Neocatecumenal provenientes de toda Andalucía, con 2500 personas dentro del templo y otras tantas siguiendo el evento desde el Patio de los Naranjos a través de pantallas gigantes.
La orquesta, compuesta por más de 200 músicos de diversas nacionalidades, contó en esta ocasión con 160 intérpretes entre instrumentistas y coristas, bajo la dirección del destacado director musical y miembro del Camino Neocatecumenal, Tomáš Hanus. Desde su creación, la orquesta ha actuado en prestigiosos escenarios internacionales. Su debut tuvo lugar en la Sala Nervi ante el Papa Benedicto XVI, y ha visitado ciudades como Jerusalén, París, Madrid, Nueva York y Berlín. La interpretación realizada en 2013 en el antiguo campo de concentración de Auschwitz, en memoria de las víctimas del nazismo, fue especialmente conmovedora.
El concierto en Córdoba fue una respuesta al escándalo del sufrimiento humano, una temática que Argüello ha querido dedicar a todos los mártires que actualizan en el mundo la imagen de Cristo. La elección de Córdoba como escenario no fue casual; la ciudad evoca la memoria de mártires a lo largo del tiempo, desde las persecuciones bajo Decio y Diocleciano, pasando por los mártires mozárabes hasta los mártires durante la persecución violenta entre 1936 y 1939.
