El Jubileo de los Migrantes en Miranda de Ebro reunió a personas de más de doce países, destacando la diversidad cultural y la importancia de la acogida en la Iglesia católica.
Migrantes de más de una docena de países se congregaron en Miranda de Ebro para celebrar el Jubileo de los Migrantes, en una jornada que combinó festividad y oración. En la víspera de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el parque Antonio Machado se llenó de música, colores y bailes durante el Encuentro de Naciones, organizado por la pastoral arciprestal de migraciones. A pesar del frío otoñal, representantes de España, Mali, Guinea, Gambia, Chile, Colombia, Nicaragua, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Kenia y México compartieron sus tradiciones, reflejando la diversidad cultural de Miranda, donde el 19% de la población es de origen extranjero.
El evento concluyó con un Círculo de Silencio, un gesto que denuncia las injusticias que obligan a millones a abandonar sus hogares. Los participantes recordaron las duras realidades del mundo, como la violencia y la pobreza, y reclamaron un trato digno para todos. La jornada continuó en la parroquia de San Nicolás, templo jubilar del arciprestazgo, donde se celebró la misa del Jubileo de los Migrantes. Una bola del mundo y un mosaico de banderas junto al altar simbolizaban la catolicidad de la Iglesia, llamada a ser "universal, abierta y enriquecida por todos".
La misa fue presidida por el arcipreste Marcelo Gómez y concelebrada por José Luis Lastra, vicario de Pastoral y consiliario de la Delegación de Pastoral para las Migraciones y la Movilidad Humana. Los cantos del coro ecuatoriano aportaron un tono de esperanza, acogida y comunión entre los pueblos, subrayando el mensaje de unidad y diversidad que caracteriza a la Iglesia.