La publicidad de la película «Sagrado Corazón» ha sido censurada en el transporte público de Francia por considerarse confesional y proselitista, según las autoridades.
La película «Sagrado Corazón», un documental dramatizado que aborda las apariciones a Santa Margarita María Alacoque en Paray-le-Monial, ha enfrentado restricciones en su promoción por parte de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia (SNCF) y la Dirección Autónoma de los Transportes de París (RATP). Estas entidades, a través de su central de publicidad Médiatransport, han prohibido la difusión de anuncios en estaciones de tren, autobuses y metro, argumentando que la campaña publicitaria tiene un carácter "confesional y proselitista".
El filme, dirigido por Steven y Sabrina Gunnell, se estrenó el 1 de octubre en 180 salas de cine en toda Francia. La obra recrea las visiones que promovieron la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en un contexto histórico marcado por la herejía jansenista. En declaraciones a CNews, Steven Gunnell expresó que la censura se debe a la percepción de que la campaña publicitaria no respeta el principio de neutralidad del servicio público.
Este tipo de restricciones no es nuevo en Francia. En 2014, el Consejo Audiovisual Francés prohibió un vídeo de la Fundación Jérôme Lejeune para el Día Mundial del Síndrome de Down, titulado "Querida futura mamá". Los Gunnell, reconocidos por su documental sobre una joven con síndrome de Down, titulado "Claire-Aime o la alegría de vivir", han manifestado que la idea de su nueva película proviene de una inspiración celestial, buscando "restituir el amor recibido" de Jesucristo.
La película «Sagrado Corazón» intenta responder a preguntas fundamentales sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, su relevancia histórica y su significado en el mundo actual. Para ello, los productores han contado con la colaboración de expertos, historiadores y teólogos, así como de personas que han compartido su testimonio personal sobre el impacto de esta devoción en sus vidas. Entre los colaboradores destacan la novelista Clémentine Beauvais, el sacerdote Olivier Barnay y el padre Matthieu Raffray.