El lunes pasado arrancó el primer juicio en España contra 21 personas provida acusadas de rezar frente a un centro de abortos en Vitoria-Gasteiz, País Vasco.
Los hechos se produjeron entre septiembre y noviembre de 2022, cuando los voluntarios de la campaña internacional de ayuno y oración “40 días por la vida” se concentraron en las inmediaciones del centro abortista Askabide, ubicado en Vitoria-Gasteiz, para rezar por las madres y sus hijos. Durante estas vigilias, sostenían un cartel con el mensaje “No estás sola, estamos aquí para ayudarte”. El centro denunció al grupo provida por un presunto delito de coacciones, amparándose en la reciente reforma de la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal, promovida por el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con el fin de “penalizar el acoso a las mujeres que acuden a clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo”, norma que entró en vigor el 13 de abril de 2022.
El juzgado de lo penal número 1 es el encargado de instruir este proceso, que se trata del primero en España —país donde el aborto ha vuelto a situarse en el debate público ante la intención de elevarlo a derecho constitucional— y que pone en cuestión la libertad de expresión y conciencia. En la segunda sesión celebrada el martes 19 de noviembre, el fiscal ratificó su petición de cinco meses de prisión para los acusados, pena que podría sustituirse por 100 días de trabajos comunitarios. Además, la clínica reclama una indemnización de 20.000 euros por un supuesto “perjuicio” derivado de las oraciones públicas.
Los acusados han defendido su inocencia y subrayado que únicamente rezaban el Rosario en silencio o en voz baja, siempre con actitud pacífica y sin dirigirse a las mujeres que acudían al centro. La defensa solicita la absolución plena y sostiene que las 21 personas ejercieron legítimamente su derecho a la libertad de expresión.
Este juicio recuerda el reciente informe del Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC Europe), que advierte sobre el aumento preocupante de la violencia contra cristianos en Europa. Más allá de los ataques físicos, dicho documento documenta una creciente presión legal y social, incluyendo persecuciones contra quienes rezan pacíficamente frente a clínicas abortistas.
En relación con las iniciativas de oración promovidas por grupos provida, Mons. Joan Planellas, Arzobispo de Tarragona, expresó recientemente su desacuerdo al calificarlas como “una ideologización” y una “banalización” del acto orante. “No estoy de acuerdo con esto, porque ¿qué ganas con esto?”, afirmó en declaraciones al diario Público.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, lamentó durante su discurso inaugural en la Asamblea Plenaria que “la sociedad occidental ha escondido completamente la cuestión del aborto bajo la alfombra” y denunció que “la tragedia de 73 millones de abortos al año en el mundo, cien mil en España, se ha normalizado”.
