El Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla ha afirmado que solo un nuevo concilio ecuménico podría modificar el cálculo de la fecha de la Pascua.
En una reciente entrevista, el Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla, quien ostenta un primado de honor entre las iglesias ortodoxas, declaró que únicamente un nuevo concilio ecuménico tiene la capacidad de alterar el cálculo de la fecha de la Pascua. La conversación fue conducida por Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, quien preguntó al Patriarca: "En Nicea se discutió la fecha de la Pascua y se intentó llegar a un acuerdo. Después de tantos siglos, ¿por qué aún no es posible que los cristianos celebren la Pascua el mismo día, el mismo domingo?"
El Patriarca Ecuménico respondió: "En Nicea, se decidió que era importante dar testimonio de la Resurrección de Cristo en el mismo día en todo el mundo conocido. Desafortunadamente, las circunstancias históricas han impedido que se siga la guía del Concilio. No nos corresponde juzgar lo que ha sucedido, pero entendemos que, para ser creíbles como cristianos, debemos celebrar la Resurrección del Salvador en el mismo día. Junto con el difunto Papa Francisco, encargamos a un comité que estudiara este asunto. Ha comenzado un diálogo. Sin embargo, hay diferentes sensibilidades entre las Iglesias. También es nuestro deber evitar nuevas divisiones. Para la Iglesia Ortodoxa, lo que fue establecido por un Concilio Ecuménico solo puede ser modificado por otro Concilio Ecuménico. Aún así, todos estamos abiertos a escuchar al Espíritu, quien, creemos, nos ha mostrado claramente este año cuán esencial es unificar la fecha de la Pascua."
Durante la entrevista, el Patriarca Ecuménico también discutió el Concilio de Nicea, los Papas Francisco y León XIV, así como las guerras en Ucrania y Gaza. Las iglesias ortodoxas utilizan el calendario juliano para calcular la fecha de la Pascua, mientras que en Occidente se emplea el calendario gregoriano. El Primer Concilio Ecuménico de Nicea (325) estableció la manera de datar la Pascua. Los padres del Concilio Vaticano II (1962-1965), en el apéndice de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosanctum Concilium), afirmaron: "El sagrado Concilio no se opone a asignar la fiesta de la Pascua a un domingo fijo en el Calendario Gregoriano, siempre que aquellos a quienes pueda concernir den su consentimiento, especialmente los hermanos que no están en comunión con la Sede Apostólica."