Albert Vergés, Laico Misionero de la Caridad, reflexiona sobre la influencia de la Virgen María en la vida de Santa Teresa de Calcuta, destacando su consagración al Inmaculado Corazón y su misión entre los pobres.
Albert Vergés, Laico Misionero de la Caridad, reflexiona sobre la profunda relación de Santa Teresa de Calcuta con la Virgen María, a quien llamaba Nuestra Señora. Desde su juventud, Madre Teresa confió en el Inmaculado Corazón de María, lo que la llevó a dejar la congregación de Loreto para dedicarse a los pobres de Calcuta. Esta decisión fue influenciada por una experiencia espiritual en 1946, donde sintió el llamado de Jesús a ser su Luz en el mundo.
La Virgen María fue una figura central en la vida de Madre Teresa, quien consagró su congregación al Inmaculado Corazón de María. La festividad se celebra el 22 de agosto, gracias a un permiso del Vaticano. Madre Teresa veía en la Virgen los elementos esenciales de su misión: confianza amorosa, entrega total y alegría. Su devoción se manifestaba en su oración preferida, el Rosario, y en la distribución de medallas de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Madre Teresa vivió una "noche oscura" de casi 50 años, durante la cual la Virgen María la acompañó y sostuvo. En esta etapa, su fe se fortaleció, llevándola a amar y servir más a los pobres. Madre Teresa nos invita a encontrar "nuestra Calcuta" en nuestro entorno, mostrando el amor de Dios en nuestras vidas cotidianas. Su ejemplo nos anima a estar al lado de los más necesitados, saciando la sed de amor de Jesús en el mundo actual.