La CEE establece sus prioridades pastorales para 2026–2030 y reafirma su compromiso con las víctimas de abusos.
El discurso inaugural de la Asamblea Plenaria se centró en las tareas que desarrollará el episcopado durante el próximo cuatrienio, así como en las prioridades pastorales que guiarán su acción hasta 2030. Los obispos debatirán la aplicación del Sínodo y definirán las líneas estratégicas para fortalecer la comunión misionera y renovar la vida evangelizadora de la Iglesia en España.
Argüello resaltó la continuidad de los frutos obtenidos en el Congreso de Laicos y en el Congreso sobre vocaciones, insistiendo en la necesidad de revitalizar las pequeñas comunidades parroquiales y promover una formación integral del laicado. Además, subrayó el papel del Consejo General de la Iglesia en la Educación, recientemente constituido, para articular la presencia educativa católica en un contexto cultural cambiante.
Una parte fundamental del plan será la atención a las víctimas de abusos, así como el fortalecimiento de los mecanismos de prevención, reparación y transparencia. La Asamblea recibirá los informes del Plan PRIVA y de la Comisión Asesora de Reparación Integral, con el fin —según indicó— de avanzar hacia una justicia restaurativa que respete tanto la presunción de inocencia como el derecho de las víctimas a denunciar.
Por último, se abordará la formación permanente del episcopado, la situación de los obispos eméritos y el proyecto del plan de comunicación de la Conferencia Episcopal. Argüello concluyó invitando a vivir este periodo con esperanza y espíritu misionero: “Estamos ante un tiempo apostólico nuevo; es momento de sembrar y de amar”.
