Sanz Montes increpa al Gobierno y denuncia “corrupción y decadencia moral”
El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha intervenido públicamente en el debate abierto entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal Española (CEE) con un mensaje de tono firme en la red social X, en el que denuncia lo que considera un nuevo ataque contra la Iglesia en un contexto de grave deterioro institucional.
“Dentro de la decadencia moral, corrupción, prevaricación, indecencia de saunas-prostíbulos, robos, mentiras flagrantes y control de la discrepancia judicial y mediática, disparan los mandamases contra la Iglesia una vez más. Están acabados. Dice bien L. Argüello: pasar página, ya”, escribió el prelado, alineándose explícitamente con el presidente de la CEE.
Las palabras de Sanz Montes se producen tras el choque entre el Ejecutivo y Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, quien planteó recientemente que el actual bloqueo institucional podría resolverse mediante los mecanismos previstos en la Constitución, como una cuestión de confianza, una moción de censura o la convocatoria de elecciones. Estas declaraciones suscitaron una respuesta inmediata del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien, en un acto público celebrado en Cáceres, reclamó al prelado “respetar el resultado electoral” y afirmó que “el tiempo en el que los obispos interferían en la política se acabó cuando empezó la democracia”. Sánchez añadió además que, si lo deseaba, Argüello podía presentarse a unas elecciones.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAPosteriormente, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, remitió una carta al presidente de la CEE en la que le pidió neutralidad política y respeto al Gobierno, reprochándole que sus declaraciones pudieran interpretarse como un posicionamiento a favor del fin anticipado de la legislatura.
Argüello respondió a estas críticas subrayando que no puede ser “neutral” cuando están en juego cuestiones como la dignidad de la vida, la libertad religiosa o el respeto a las reglas básicas del Estado de Derecho, defendiendo que su intervención se limita a señalar principios y procedimientos recogidos en el ordenamiento constitucional.
La polémica ha tenido también reflejo en el seno de la Iglesia, con llamamientos a la prudencia por parte de otros prelados, como el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que recordó la conveniencia de distinguir entre la opinión personal de los ciudadanos y las declaraciones realizadas en nombre de la institución.
En este contexto, la intervención de Jesús Sanz Montes destaca por su claridad y contundencia, situándose como una defensa explícita de la libertad de la Iglesia para expresar su visión moral y social en el espacio público, en un momento de especial tensión entre el poder político y la jerarquía eclesiástica.
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