David Alonso lidera la Pastoral Penitenciaria en la prisión de Burgos

David Alonso lidera la Pastoral Penitenciaria en la prisión de Burgos

David Alonso asume la coordinación de la Pastoral Penitenciaria en Burgos, liderando un equipo de setenta voluntarios que trabajan en la reinserción social y espiritual de los internos.

David Alonso, el nuevo delegado de Pastoral Penitenciaria, ha asumido su cargo con la responsabilidad de coordinar el trabajo de decenas de voluntarios en la prisión de Burgos. Según explica, la cárcel es un espacio donde las personas privadas de libertad pueden desarrollarse no solo laboralmente, sino también a nivel espiritual y de reconciliación con la sociedad. Alonso, quien comenzó como voluntario a los 18 años, considera su labor un servicio a la Iglesia.

En 2016, David Alonso impulsó un proyecto de Cáritas para apoyar a personas sin hogar que salían de la cárcel sin un lugar donde alojarse. Este proyecto surgió de la necesidad de un nexo entre la prisión y la calle, ya que muchas personas en situación de sin hogar terminaban en prisión debido a la dureza de la vida en la calle. Además, quienes salían del centro penitenciario a menudo encontraban rotas sus redes familiares, lo que les llevaba a buscar refugio en albergues de Cáritas.

El arzobispo ha nombrado a David Alonso como responsable de la Pastoral Penitenciaria, siendo uno de los pocos delegados laicos en el país. Su tarea incluye la vinculación entre el centro penitenciario y el ámbito eclesial, además del acompañamiento a los internos y sus familias. Los sacerdotes seguirán ofreciendo su trabajo espiritual dentro de la prisión, mientras que Alonso se encargará del peso institucional de la delegación.

Setenta voluntarios, entre ellos 40 jóvenes universitarios, respaldan a David Alonso en su labor de acompañamiento a las personas privadas de libertad. El trabajo se realiza en varias fases, tanto dentro como fuera de la prisión, e incluye talleres para desarrollar habilidades sociales y personales, así como actividades de ocio. Además, cuentan con un piso de acogida para quienes disfrutan de permisos pero carecen de un lugar donde alojarse.

El número 25 de la Constitución, que asegura que las cárceles deben ser un lugar de reinserción, guía la misión de David Alonso. También se inspira en el capítulo 25 del evangelio según San Mateo, donde Jesús habla de su presencia en prisión. Para Alonso, la cárcel es un espacio donde hacer evangelio, ofreciendo acogida a quienes se encuentran en las periferias de la sociedad.

Comentarios
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Sebastián Bernal
3 meses hace
La prisión debería concebirse como un espacio de esperanza y reinserción. La labor de David Alonso en la Pastoral Penitenciaria de Burgos ilustra cómo la rehabilitación y el acompañamiento benefician a los internos y fortalecen las redes familiares y sociales, cruciales para reducir la reincidencia. La Iglesia puede ser un puente entre la cárcel y la sociedad, fomentando una cultura de misericordia y justicia que permita a estas personas recuperar su dignidad y reintegrarse en la comunidad. Priorizar la formación y el apoyo puede convertir a la Pastoral Penitenciaria en un modelo a seguir.
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Alba Pérez de la Cruz
3 meses hace
La Pastoral Penitenciaria debe ser un verdadero reflejo de la misión de la Iglesia hoy. Aunque la labor de David Alonso en Burgos es admirable, debe alinearse con la doctrina que prioriza la liturgia y el Magisterio. La reinserción social es importante, pero no debe desvincularse del llamado a la conversión y la salvación.
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Tatiana Ferrera
3 meses hace
La prisión no debe ser solo un lugar de castigo. David Alonso, con su labor en la Pastoral Penitenciaria de Burgos, muestra que puede ser un espacio de transformación. Al conectar a los internos con la comunidad, se fomenta la reconciliación. ¿Por qué no expandimos esta experiencia para fortalecer la inclusión y el amor?
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