El obispo auxiliar de Getafe destaca la realeza de Cristo en su homilía
José María Avendaño, obispo auxiliar de Getafe, ha reflexionado sobre la realeza de Cristo en su homilía del domingo 23 de noviembre, destacando el amor y la misericordia como características del verdadero poder.
En su comentario al Evangelio del domingo 23 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey del Universo, Mons. José María Avendaño, obispo auxiliar de Getafe, saludó a los oyentes del Informativo diocesano en COPE. Invitó a meditar sobre la realeza de Jesucristo, un poder distinto al humano: “Su trono es la cruz, su corona es de espinas, y su autoridad nace del amor que se entrega hasta el extremo”. Ante este Rey, subrayó, “no se impone el miedo, sino que se abre el corazón”.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAAl referirse al Evangelio, recordó la escena de Jesucristo crucificado entre dos malhechores y destacó el gesto humilde del buen ladrón: “Acuérdate de mí”. Mons. Avendaño explicó que Jesús responde con “la promesa más hermosa que puede escuchar un corazón herido: Hoy estarás conmigo en el paraíso. Este es nuestro Rey, el que abre las puertas del cielo a quien se acerca con confianza”.
El prelado señaló que Cristo “reina porque salva, reina porque perdona, reina porque no baja de la cruz, sino que permanece en ella por amor a nosotros”. Enfatizó que la realeza de Jesús se manifiesta en el servicio, la compasión y la misericordia; recordó que “en un mundo que a veces exalta la fuerza, Cristo nos muestra que el verdadero poder está en amar sin medida, amar sin límites”.
Mons. Avendaño animó a los fieles a permitir que Cristo gobierne su vida cotidiana: “Hoy, al celebrar esta solemnidad, dejemos que Cristo reine en nuestras familias, en nuestras preocupaciones y en nuestras decisiones de cada día. Permitamos que su paz gobierne nuestros corazones y que su misericordia inspire nuestros gestos. Que él siga bendiciendo con la paz a cada uno de nosotros”.
Además, exhortó a imitar la humildad del buen ladrón y a encomendarse a la Virgen María: “Que nos enseñe a decir, Señor, acuérdate de mí, y que Cristo Rey nos responda con la misma ternura y esperanza. Que nuestra patrona, la Virgen de Los Ángeles, que permaneció junto a la cruz sin perder la esperanza, interceda por nosotros”.
Mons. Avendaño impartió finalmente la bendición: “La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre”.
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