Un sacerdote de Alabama está siendo investigado por la diócesis de Birmingham (Estados Unidos), después de que una mujer lo acusara de haber intercambiado apoyo económico por “compañía privada”, incluyendo sexo, desde que ella tenía 17 años. El clérigo, Robert Sullivan, de 61 años, anunció de forma abrupta que tomaría una “licencia personal”, según informó The Guardian.
La denunciante, Heather Jones, de 33 años, aseguró que Sullivan le pagó recientemente cientos de miles de dólares para mantener silencio, afirmación respaldada con registros bancarios, un correo electrónico y una copia de un acuerdo legal. Jones presentó una declaración formal a la diócesis y explicó que decidió hacerlo público porque el sacerdote continuaba en contacto con familias y menores en la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Homewood, Alabama, lo que la llevó a temer que “otros pudieran ser vulnerables al mismo tipo de manipulación y explotación”.
El portavoz de la diócesis, Donald Carson, señaló que las acusaciones están siendo revisadas por un comité independiente y que también se han remitido al Vaticano. Añadió que Sullivan tiene prohibido ejercer ministerio público mientras dure el proceso. Carson indicó además que la diócesis denunció el caso ante las autoridades estatales de Alabama, aunque el departamento de recursos humanos concluyó que no cumplía los criterios para intervenir.
Según The Guardian, Jones compartió documentos que incluyen registros de transferencias bancarias por un total de 273.000 dólares, además de pagos adicionales de casi 120.000 dólares a través de la aplicación Venmo. La mujer relató que conoció a Sullivan cuando trabajaba en un club de striptease con 17 años, y que el sacerdote le ofreció apoyo económico a cambio de encuentros privados que incluyeron sexo.
El derecho canónico considera abuso cualquier contacto sexual de un sacerdote con personas menores de 18 años, lo que podría derivar en consecuencias dentro de la Iglesia Católica. Sin embargo, no está claro el nivel de escrutinio que recibirá por parte de las autoridades civiles, dado que en Alabama la edad de consentimiento es de 16 años y la ley no prohíbe expresamente las relaciones entre clérigos y adultos bajo su dirección espiritual.
Jones explicó que decidió hablar públicamente porque considera que la relación fue “explotadora y depredadora”. También dio permiso para ser identificada por su nombre, con la esperanza de que eso dé más credibilidad a su testimonio.
The Guardian informó que intentó en repetidas ocasiones obtener comentarios de Sullivan, pero no tuvo éxito.