El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, reitera su llamado a la inclusión de mujeres en el clero, aunque admite que no espera ver sacerdotisas en su vida.
En una reciente entrevista concedida a la revista Stern, el obispo Georg Bätzing de Limburg, de 64 años, expresó su esperanza de que las mujeres puedan ser ordenadas como diaconisas en un futuro cercano, aunque considera que el camino hacia el sacerdocio femenino es aún largo. "¿Veré a una mujer como sacerdote? Será una cuestión ajustada. Espero que sí", afirmó. Aunque los diáconos no pueden celebrar la misa, sí están autorizados a realizar bautismos y asistir en matrimonios, lo que Bätzing considera un avance significativo si se permite a las mujeres ocupar este rol. "Espero vivir para ver a una mujer convertirse en diaconisa", añadió.
Las declaraciones del obispo se enmarcan en una entrevista más amplia en la que reconoció la profunda crisis que atraviesa la Iglesia en Alemania, subrayando especialmente la escasez de sacerdotes. "Sin sacerdotes, nuestra vida sacramental corre el riesgo de secarse; la Iglesia se vaciará desde dentro", advirtió. Bätzing abogó por una mayor participación de los laicos en la toma de decisiones, describiendo este cambio no como una pérdida, sino como un "enriquecimiento".
Desde que asumió la presidencia de la Conferencia Episcopal Alemana en 2020, Bätzing ha sido un ferviente defensor de la reforma, apoyando el "Camino Sinodal" alemán, una iniciativa que promueve el debate sobre temas como la ordenación de mujeres, la participación laica y la moral sexual. Este proceso ha recibido críticas severas desde Roma y otros sectores de la Iglesia universal.
En su conversación con Stern, también destacó la disposición al diálogo del Papa León XIV con los obispos alemanes desde su elección este año. "Lo que me impresionó fue la confianza con la que acompaña a la Iglesia en Alemania", comentó Bätzing. En una entrevista anterior con Welt am Sonntag, el obispo había señalado la necesidad de reformar el sacerdocio para responder a los desafíos contemporáneos, citando la disminución de fieles y el impacto continuo de la crisis de abusos como razones para reconstruir la confianza.
Bätzing ha liderado la Diócesis de Limburg desde 2016, promoviendo derechos más amplios para los laicos, una mayor inclusividad y lo que él denomina una "Iglesia de brazos abiertos". En 1994, el Papa Juan Pablo II declaró de manera definitiva que la Iglesia no tiene autoridad para conferir la ordenación sacerdotal a mujeres, afirmación reiterada posteriormente por el Papa Francisco, quien dijo a los católicos alemanes que "ya hay una buena Iglesia protestante en Alemania; no necesitamos una segunda".