El cardenal Jean-Claude Hollerich, delegado del Papa, celebró la ceremonia en honor a los mártires del Apostolado Católico, asesinados por su fe durante la dominación nazi en Alemania.
En la catedral de Notre-Dame de París, el cardenal Jean-Claude Hollerich, delegado del Papa, presidió la misa de beatificación de cincuenta mártires del Apostolado Católico en Alemania. Estos mártires, entre religiosos, seminaristas y laicos, fueron asesinados por su fe durante la dominación nazi entre 1944 y 1945. Hollerich resaltó su valentía al ofrecerse voluntariamente para servir a sus hermanos deportados, creando así "oasis de paraíso" en el infierno de los campos nazis.
El purpurado subrayó que estos beatos procedían de diversas diócesis e institutos y compartieron una vida entregada al servicio y a la fidelidad a Cristo. En su homilía recordó que, pese a las atrocidades de la guerra, estos hombres manifestaron el amor y la misericordia de Dios. Además, advirtió sobre la fragilidad de la paz en Europa y animó a trabajar unidos por la paz y la fraternidad, valores que estos mártires defendieron con heroísmo.
Por último, el cardenal animó a los jóvenes católicos a convertirse en apóstoles misioneros inspirados por el ejemplo de estos testimonios. Enfatizó la importancia de seguir a Cristo como "Príncipe de la paz" y comprometernos por el bien común, recordando que la conversión debe traducirse en obras concretas.
