En este texto, publicado recientemente en un medio especializado en cuestiones religiosas y de actualidad eclesial, se analizan las tensiones internas en la Iglesia Católica en torno a la doctrina, la disciplina y el impacto de determinadas decisiones del actual pontificado.
El Rome Life Forum ha puesto de relieve una serie de controversias recientes en el ámbito católico, centradas en lo que diversos participantes consideran una crisis doctrinal y disciplinar en la Iglesia. Entre los temas abordados figura la denuncia de una supuesta “revolución LGBT” atribuida al Papa Francisco, así como el malestar por el nombramiento de un obispo identificado con posturas favorables al colectivo LGBT, presentado como parte de una crisis más amplia en torno al pontificado de un papa al que el foro se refiere como León. Estas críticas se enmarcan en la acusación de que agendas modernistas estarían remodelando la Iglesia y generando una fuerte reacción de sectores que se autodefinen como fieles a la tradición.
En este contexto, el foro reúne a obispos, laicos y expertos que se presentan como defensores de la familia y de la claridad doctrinal. Una de las voces destacadas es la del obispo Joseph Strickland, citado con la exclamación “¡Basta ya!”, en referencia a su rechazo a lo que califica como revolución LGBT en la Iglesia y al silencio de otros obispos. Los organizadores y ponentes insisten en la necesidad de una respuesta firme frente a lo que consideran ambigüedades doctrinales y decisiones pastorales que, a su juicio, ponen en riesgo la enseñanza tradicional católica sobre moral sexual, matrimonio y sacramentos.
Entre los asuntos concretos mencionados figura el silencio del Vaticano ante la comunión recibida por Brigitte Macron en circunstancias calificadas de sacrílegas por los críticos. Asimismo, se recogen las objeciones de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) a un reciente documento mariano, que consideran problemático desde el punto de vista de la doctrina tradicional. En paralelo, se expresa una creciente alarma por el debate sobre las diaconisas y por la aceptación de la gestación subrogada, cuestiones que los participantes vinculan a una erosión de la antropología cristiana y de la visión católica del matrimonio y la familia.
El foro también aborda la preocupación por iniciativas legislativas en Canadá que, según estos grupos, podrían criminalizar pasajes de la Sagrada Escritura considerados como discurso de odio. En este marco, se denuncia una supuesta persecución contra católicos que defienden la doctrina tradicional, mientras se menciona que Donald Trump ha elogiado públicamente a la Virgen María, gesto interpretado por estos sectores como un apoyo simbólico a la fe católica frente a las presiones culturales y políticas contemporáneas.
Otra línea de debate gira en torno a la figura de la Virgen María y al temor de que el Vaticano esté “borrando” su papel como Corredentora. Se critica la negativa a emplear el título de Corredentora y se habla de un “ataque” contra la mariología tradicional, lo que ha suscitado la reacción de obispos y teólogos que participan en el Rome Life Forum. Estos consideran que la minimización de la dimensión corredentora de María forma parte de un replanteamiento más amplio de la doctrina y la piedad mariana.
En el plano más amplio de la crisis eclesial, se citan advertencias y profecías atribuidas a figuras como el estigmatizado que habría anunciado “dos antipapas sucesivos”, así como las advertencias de Malachi Martin sobre un “cardenal secreto”, Fátima y una crisis venidera. También se mencionan denuncias de un supuesto plan para “reemplazar” a la Iglesia Católica, críticas a las nuevas posiciones atribuidas al papa León sobre el “Filioque”, el matrimonio y el respeto a todas las religiones, y acusaciones de traición en Roma vinculadas al mensaje de Fátima. A ello se suman polémicas por unas declaraciones sobre el aborto y por la afirmación de que las “actitudes van antes que la doctrina”, que habrían provocado indignación entre los sectores presentes en el foro.
Finalmente, el Rome Life Forum enmarca todas estas cuestiones en una narrativa de “caos” en el Vaticano, con referencias a exorcismos en San Pedro, a una posible facilitación de la “migración de reemplazo” y a un clima general de confusión doctrinal. Los organizadores llaman a los católicos a resistir lo que consideran desviaciones de la enseñanza tradicional, a apoyar económicamente medios y plataformas afines y a mantenerse informados y movilizados frente a los cambios que perciben como una amenaza para la identidad de la Iglesia.
