El Cardenal Pietro Parolin dirigió la ceremonia en la Basílica de San Pedro, recordando la vida y legado del arzobispo Novatus Rugambwa, fallecido el 16 de septiembre, y su dedicación al servicio diplomático de la Iglesia.
El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, presidió el funeral del arzobispo Novatus Rugambwa en la Basílica de San Pedro. Durante la ceremonia, Parolin destacó la capacidad del difunto nuncio apostólico para construir relaciones sólidas y su testimonio creíble de la verdad, fundamentado en su integridad de vida. El arzobispo Rugambwa, fallecido el 16 de septiembre, fue recordado por su vida de piedad y su defensa de la justicia y el respeto a la persona, esenciales para una convivencia pacífica.
Novatus Rugambwa, nacido en 1957 en Bukoba, ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1991. Ocupó cargos en América Latina, África, Asia y Oceanía, y fue subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes en 2007. En 2010, Benedicto XVI lo nombró arzobispo y nuncio apostólico en Angola y Santo Tomé y Príncipe. Posteriormente, fue representante papal en Honduras, Nueva Zelanda y delegado apostólico en el Pacífico. Parolin subrayó la generosidad con la que Rugambwa ejerció su ministerio.
El Cardenal Parolin también destacó la sensibilidad de Rugambwa hacia los más desfavorecidos, considerándola una característica esencial de la vida cristiana. Enfatizó que la diplomacia es un ámbito exigente de la caridad pastoral, donde se deben transmitir fielmente los principios del Evangelio. Rugambwa dejó un ejemplo de caridad y conducta ejemplar en su misión como representante papal. Incluso al final de su vida, afrontó su enfermedad con fe, ofreciendo su sufrimiento en unión con Cristo por la salvación de sus hermanos.