Un grupo de 25 personas de la parroquia San Miguel de Las Rozas participa en una misión en Calcuta, colaborando con las Misioneras de la Caridad en diversas tareas de servicio comunitario.
Un grupo de 25 personas de la parroquia San Miguel de Las Rozas se encuentra en Calcuta, India, desde el 11 de agosto, participando en una misión pionera. La experiencia, que concluirá el 27 de agosto, reúne principalmente a jóvenes, matrimonios y mujeres de entre 30 y 40 años. Su objetivo es colaborar con las Misioneras de la Caridad, dedicando parte del verano al servicio comunitario.
Cada día comienza con un tiempo de adoración en la Casa Madre de las religiosas. Posteriormente, los misioneros se distribuyen en diversas tareas en las casas de las hermanas. Estas actividades van desde labores sencillas como tender ropa o fregar platos hasta el acompañamiento de enfermos y moribundos en la Kalighat Home for the Dying, la primera casa fundada por santa Teresa de Calcuta.
Víctor, uno de los jóvenes participantes, comparte su experiencia a mitad del viaje. Al llegar a Calcuta, lo que más le impactó fue el ruido constante y la pobreza visible en las calles. Sin embargo, lo que más le ha marcado es el sentido del servicio: "Aquí el que cambia eres tú", afirma Víctor, al referirse a las tareas sencillas que realizan bajo la dirección de las hermanas.
El respaldo del grupo parroquial ha sido fundamental para Víctor durante esta misión. A pesar de momentos difíciles, como un bajón emocional al segundo o tercer día, el apoyo mutuo entre los participantes ha sido clave para seguir adelante. Por las noches comparten sus vivencias y reciben palabras alentadoras del párroco José Antonio Buceta Toro.
La jornada culmina con momentos de oración junto a las hermanas: vísperas, rosario y adoración. Víctor destaca la fuerte presencia espiritual que siente en estos momentos: "Mi corazón arde en cada adoración", asegura. Aunque aún queda una semana por delante, Víctor ya valora especialmente el aprendizaje obtenido a través de los "servicios que no brillan", realizados por amor y devoción.
Víctor reflexiona sobre la fortaleza observada en los pobres de Calcuta: "En Madrid nos quejamos por cualquier cosa", comenta impresionado por su resiliencia. El grupo permanecerá en Calcuta hasta el 27 de agosto, con entusiasmo por continuar viviendo lo que consideran una experiencia transformadora guiada por la providencia divina.