La multitud en Filadelfia escucha al cardenal Sarah defender la tradición litúrgica

La multitud en Filadelfia escucha al cardenal Sarah defender la tradición litúrgica

El cardenal Robert Sarah presidió unas solemnes vísperas pontificales y bendición eucarística en la abarrotada Catedral Basílica de los Santos Pedro y Pablo de Filadelfia, subrayando la belleza de la tradición litúrgica y la unidad de toda la Iglesia en la oración.

El cardenal Robert Sarah celebró las vísperas pontificales y impartió la bendición eucarística ante una congregación que llenó por completo la Catedral Basílica de los Santos Pedro y Pablo, el templo católico más grande de Pensilvania. La ceremonia fue promovida por el Durandus Institute for Sacred Liturgy and Music, con motivo de la fiesta de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María. Más de un millar de fieles asistieron al acto, entre ellos numerosos jóvenes.

Antes del inicio del oficio, el purpurado —antiguo prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos— recordó: «Estamos aquí esta tarde para celebrar solemnemente el oficio litúrgico de vísperas. Al hacerlo, nos unimos a toda la Iglesia: a los presentes aquí, a quienes ya han terminado su peregrinación en la tierra y forman parte de la Iglesia que sufre en el purgatorio, o de la Iglesia triunfante en el Cielo». Subrayó que el Oficio Divino es «una oración de toda la Iglesia», que permite ayudar a las almas necesitadas y suplicar la intercesión de los santos.

En relación con esta fiesta mariana, explicó: «Y hacemos esto en esta fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen María, pidiendo humildemente a Dios Todopoderoso, con las palabras de la colecta, que así como la Virgen María fue presentada en el templo terrenal de Dios, nosotros, por la intercesión de sus oraciones, podamos ser dignamente presentados en el templo celestial de la gloria de Dios.»

Entre los asistentes destacó el joven católico David Gans, natural de Douglassville (Pensilvania), quien resaltó ante LifeSiteNews el valor que tiene para él mantener viva la tradición litúrgica. Afirmó: «La Iglesia, en su antigua belleza y tradición, ha establecido ritos para ofrecer a Nuestro Señor ese amor, ese afecto, esa adoración como Dios. Y no deberíamos hacer menos que celebrar liturgias así… con belleza; no solo los grandes cantos e himnos, los cánticos y la majestad de todo ello, sino sabiendo que Jesús está siendo amado.»

Gans añadió que servicios como estas vísperas constituyen «una antigua tradición del patrimonio de la Iglesia», que le proporcionan «un fundamento más profundo que muestra que la Iglesia está impregnada de antigüedad, que la Iglesia es universal, que la Iglesia militante y la Iglesia triunfante adoran a Dios unidas.» Aunque reconoce legítimamente el Novus Ordo Missae, manifestó su preferencia por la Misa Tradicional en latín porque considera que es menos propensa a abusos y porque «todo está ahí para honrarlo con cuanto podamos darle.»

Al comparar ambas formas del rito romano advirtió que en el rito ordinario «la gente puede celebrarla de modos que no son reverentes, que no dan tanto amor a Él», algo que juzga poco atractivo. Criticó ciertas celebraciones donde «los fieles enfatizan más a la comunidad que a Cristo o tienen un sentido de adoración más tipo ‘kumbayá’ que una conciencia poderosa de estar en presencia de Dios Todopoderoso y participar en el sacrificio del Calvario, que es la Eucaristía… Ahí es cuando veo que algo no está bien.»

La figura del cardenal Sarah se ha distinguido en los últimos años por defender prácticas tradicionales como recibir la Sagrada Comunión arrodillado y en la lengua, celebrar misa ad orientem, así como promover el silencio sagrado durante las celebraciones litúrgicas. En una homilía pronunciada en julio afirmó: «Para adorar a Dios, debemos apartarnos, en silencio. Venid aquí en el silencio del corazón para escuchar a Dios. Esto se llama entrar en una actitud sagrada.» Insistió además en que «Hay lugares sagrados, lugares reservados para Dios, escogidos por Dios. Estos lugares no pueden ser profanados por actividades distintas de la oración, el silencio y la liturgia.»

A este respecto advirtió también: «Nuestras iglesias n...

Comentarios
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Xavier Torres
2 horas hace
La intervención del cardenal Sarah en Filadelfia pone de manifiesto la importancia de recuperar la profundidad del culto católico. Sin un enfoque en la reverencia y el silencio, nuestras liturgias corren el riesgo de volverse superficiales. Necesitamos un sentido de comunidad que conecte con lo trascendental.
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