El Colegio de Médicos de Quebec ha declarado que la eutanasia es un "tratamiento apropiado" para los bebés nacidos con graves problemas de salud.
El Colegio de Médicos de Quebec ha afirmado que la eutanasia puede considerarse un tratamiento adecuado para bebés que nacen con deformidades severas o síndromes complejos que imposibilitan cualquier expectativa de supervivencia. En una entrevista concedida a LifeSiteNews, un portavoz del colegio subrayó que "la asistencia médica para morir puede ser un tratamiento apropiado para bebés que sufren dolores extremos que no pueden ser aliviados". Además, el portavoz añadió que "los padres deberían tener la oportunidad de obtener este cuidado para su bebé bajo estas circunstancias bien definidas", refiriéndose a la eutanasia como un tipo de "cuidado".
La legalización del suicidio asistido en Canadá se produjo en 2016 bajo el gobierno liberal del entonces primer ministro Justin Trudeau. Desde entonces, el régimen de eutanasia se ha expandido, permitiendo que pacientes crónicamente enfermos califiquen para el suicidio asistido tras la aprobación del Proyecto de Ley C-7. Aunque se había planeado extender esta práctica a personas con enfermedades mentales, la expansión fue aplazada hasta 2027 debido a la oposición de ciudadanos y médicos destacados.
En noviembre de 2024, el diputado de Alberta Damien C. Kurek presentó una petición para proteger a los bebés, en respuesta a una recomendación del Colegio de Médicos de Quebec que abogaba por la eutanasia de bebés de hasta 12 meses con deformidades severas y síndromes muy graves. Esta propuesta ha generado controversia, ya que se alinea con una cultura de muerte promovida por el gobierno liberal, según algunos críticos.
Un estudio realizado en Quebec reveló que uno de cada diez bebés abortados en el segundo trimestre nace vivo, pero solo el diez por ciento sobrevive más de tres horas. Además, solo el 24 por ciento de estos bebés son admitidos en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, y apenas el cinco por ciento recibe cuidados paliativos. La ausencia de leyes en Canadá que regulen la edad para los abortos ha difuminado la línea entre el aborto y el infanticidio, lo que ha llevado a algunos a considerar este último como un aborto tardío.
En 2013, el gobierno conservador del entonces primer ministro Stephen Harper se negó a investigar los datos de Statistics Canada que indicaban que 491 bebés fueron dejados morir tras nacer vivos después de abortos. De manera similar, en 2011, un juez de Alberta sugirió que el infanticidio es simplemente un aborto tardío en un caso donde una joven madre estranguló a su recién nacido.