Fallece Theodore McCarrick, ex cardenal expulsado por abusos sexuales, a los 94 años

Theodore McCarrick, ex cardenal y arzobispo emérito de Washington, falleció el 3 de abril a los 94 años en Missouri. McCarrick, quien había sido una figura influyente dentro de la Iglesia Católica, fue expulsado del estado clerical en 2019 tras ser hallado culpable de abusar sexualmente de adultos y menores.

La caída en desgracia de McCarrick comenzó en 2018, cuando surgieron múltiples acusaciones de abuso sexual en su contra, lo que llevó a la Santa Sede a retirarle del cardenalato y expulsarlo del estado clerical. Desde entonces, vivió aislado en una residencia privada, alejado de la vida pública y de la Iglesia, que le despojó de sus títulos y privilegios. Este caso se convirtió en uno de los escándalos más notorios de la Iglesia Católica en Estados Unidos, destacando las fallas en la gestión de abusos dentro de la institución.

Theodore McCarrick, ex cardenal y arzobispo emérito de Washington, falleció el pasado 3 de abril a los 94 años en el estado de Missouri. McCarrick había sido expulsado del estado clerical en 2019 tras ser hallado culpable de abusar sexualmente de adultos y menores. Durante sus últimos años, vivió de manera aislada en una residencia privada, alejado de la vida pública y de la Iglesia Católica, que le había despojado de sus títulos y privilegios eclesiásticos.

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La caída en desgracia de McCarrick comenzó a hacerse pública en 2018, cuando surgieron múltiples acusaciones de abuso sexual en su contra. La Santa Sede, tras investigar los casos, decidió retirarle del cardenalato y posteriormente, en 2019, le expulsó del estado clerical. Este caso se convirtió en uno de los escándalos más notorios de la Iglesia Católica en Estados Unidos, generando una oleada de críticas sobre la gestión de abusos dentro de la institución.

A lo largo de su carrera, McCarrick había sido una figura influyente dentro de la Iglesia, desempeñando roles significativos en Washington y Newark, entre otros lugares. Sin embargo, las revelaciones sobre su conducta empañaron su legado y pusieron de relieve las fallas sistémicas en la supervisión y respuesta a las denuncias de abuso sexual en la Iglesia Católica. Su muerte marca el fin de un capítulo oscuro en la historia reciente de la institución eclesiástica.